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La doctrina Bono

el Ministerio de Defensa pasará a denominarse Ministerio de la Paz, las Fuerzas Armadas serán transformadas en una Agencia de Ayuda Humanitaria y nuestros sistemas de armas serán desprovistos de toda capacidad letal

Es difícil combatir la demagogia con un discurso racional y analítico. Por eso no es fácil rebatir los argumentos del Ministro de Defensa no ya desde la reflexión estratégica, sino desde un mínimo sentido común. En una cadena de despropósitos que arranca mucho antes de su nombramiento como Ministro de Defensa, José Bono propuso ayer una modificación de la Constitución para eliminar de la misma toda referencia a la guerra. No parece lejano el día en que Bono proponga la modificación del artículo 8 de nuestra Carta Magna con objeto de disolver las Fuerzas Armadas.
 
Una realidad, aunque sea tan horrible como la guerra, no desaparece por el hecho de eliminarla del diccionario o de la Constitución. Es cierto que las democracias hemos renunciado en la práctica a la guerra como una forma de dirimir nuestras diferencias. Pero no es menos cierto que el recurso a la legitima defensa exige combatir al enemigo que nos ataca. Es más, el uso de la fuerza, con las prevenciones del Derecho Internacional, no puede descartarse de forma absoluta ante países que no son democráticos y constituyen una amenaza directa a nuestro país y a la paz internacional.
 
La doctrina Bono, extrañamente en sintonía por una vez con el pensamiento de su Presidente, sugiere la renuncia al uso de la fuerza en todo caso y ante cualquier supuesto. Así de rotundo lo manifestó hace unas semanas en Washington cuando afirmó que como Ministro de Defensa prefiere morir a tener que matar. Es el mandato que ha dado también a nuestras fuerzas desplegadas en Afganistán a las que exigió renunciarán a utilizar sus armas aunque se lo exigiera el cumplimiento de su misión.
 
Está por ver si Bono logra durante su mandato aumentar los presupuestos de defensa o es capaz de solucionar el gran déficit de personal que padecen nuestras Fuerzas Armadas. Lo que podemos estar seguros es que Bono habrá provocado un completo desarme político, doctrinal y moral de nuestra defensa. Así, el Ministerio de Defensa pasará a denominarse Ministerio de la Paz, las Fuerzas Armadas serán transformadas en una Agencia de Ayuda Humanitaria y nuestros sistemas de armas serán desprovistos de toda capacidad letal.

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