Menú
EDITORIAL

ZP visita a los fotógrafos en Guadalajara

Lo que no se puede es manipular y tratar de vender gráficamente una preocupación, un consuelo y una cercanía personal que, en realidad, no han existido

El presidente de gobierno ha querido protegerse de las criticas por su clamorosa renuencia a dar la cara ante el incendio de Guadalajara con una fugaz e inesperada “visita” dominical a la zona afectada. No sabemos qué gesto de preocupación y de consuelo real a la población y a las familias de las víctimas pretende transmitir el presidente de gobierno con esta “visita”, llevada a cabo, sin previo aviso, más de una semana después del inicio del incendio, que apenas ha durado dos horas, durante las cuales se ha reunido con escogidos alcaldes socialistas, en supuesta representación de los vecinos y de los familiares de las víctimas.
 
Alcaldes populares de municipios afectados, como el de Mazarete, se han enterado de la visita presidencial por los medios de comunicación. Su dolor y preocupación por esta catástrofe no son, sin embargo, menores que los del compungido alcalde socialista de Ablanque, a quien el presidente del gobierno ha consolado ante las cámaras. Eso, por no hablar de los habitantes de la zona y de los familiares de las víctimas mortales con los que Zapatero tampoco se ha reunido, por mucho que, desde el PSOE, Trinidad Jiménez diga lo contrario.
 
Se entiende que el presidente no haya querido correr riesgos de sufrir abucheos nacidos de la indignación por la negligencia y falta de coordinación manifestadas a la hora de extinguir el incendio. Pero lo que no se puede es manipular y tratar de vender gráficamente una preocupación, un consuelo y una cercanía personal que, en realidad, no han existido.
 
Negándose a una comisión de investigación, los empeños del PSOE para lograr que la realidad no desmienta su propaganda están resultando grotescos. A eso, y no otra cosa, se está dedicando ZP, desde el mismo momento en que entró en el Teatro Real a disfrutar de una tarde de ópera mientras se consumían miles de hectáreas en Guadalajara.
 
Moncloa siempre ha dispuesto de un centro que informa al presidente en tiempo real de cualquier incidencia o catástrofe que suceda en España. Una de dos. O estos servicios fallaron estrepitosamente en esa ocasión -sin que nadie haya dado tampoco una explicación al respecto-, o el presidente, simplemente, miente al decir que no tuvo conocimiento de los hechos hasta después de la representación de "La Flauta Mágica”.
 
La visita que Zapatero ha hecho a Guadalajara, más de una semana después, no ha sido menos teatral que la que hizo entonces al Teatro Real. La diferencia está en que la “representación” de este domingo no estaba anunciada, ha convocado a menos gente y ha durado menos que la inmortal opera mozartiana. Que se olvide ZP, de los aplausos.
 

En España

    0
    comentarios