Menú
Carlos Semprún Maura

Espejismos galos

si hay inundaciones en buena parte de Europa, y sequía e incendios en otra, es porque no existe una planificación socialista del clima, que organizaría la lluvia, la sequía y los incendios igual para todos bajo la sabia dirección de la Comisión de Control

Les voy a explicar lo que ocurre de manera sencilla y contundente: si hay inundaciones en buena parte de Europa, y sequía e incendios en otra, es porque no existe una planificación socialista del clima, que organizaría la lluvia, la sequía y los incendios igual para todos bajo la sabia dirección de la Comisión de Control del Clima, sometida al mando del Comité Central. Eso es lo que ocurriría en los países socialistas con la economía, con tan magníficos resultados y eso que la economía es aún más irracional que el clima. Pues resulta que en Europa occidental, pese a que la planificación socialista haya conducido todos los países socialistas al caos, la penuria y hasta la hambruna, el espejismo socialista gana terreno. Se trata, en realidad de un panteísmo estatal, que considera que el estado es y está en todo, y los criminales son los liberales, siervos de Satanás.
 
Francia sigue siendo un caso aparte, porque el abismo entre su arrogancia y la realidad es muy superior a el de cualquier otro país, lo cual contribuye a crear espejismos que producen motivos de orgullo nacional sin fundamento. Resulta en este sentido alucinante pasearse por mi barrio y ver a tanta gente; mujeres y hombres, jóvenes y ancianos en pantalones cortos y camiseta porque estamos en Agosto, y los espejismos climáticos han decidido que en agosto reina la canícula, a pesar de que haga fresquito y el termómetro indique 9º de madrugada y  20º en las horas más calurosas del mediodía. Pero el termómetro nada puede contra la fe. Y es así como se denuncia la sequía cuando llueve, bueno, como desde hace siglos, en el sur menos que en el norte, y los incendios, menos graves que en otros años, cuando estos se deben esencialmente a incendios voluntarios y perversos, que nada tienen que ver con el panteísmo climático. Pero, en este como en otros casos, no hay que olvidarse de los subsidios a las “catástrofes naturales”.
 
Algo semejante ocurre en política, donde los espejismos también dominan. El clima es de enfrentamientos radicales, insultos, clamores vengativos, y no sólo entre los partidos, sino en el seno de cada partido y, sin embargo, todos dicen los mismo. Todos defienden el “modelo social francés”, el “patriotismo económico”, todos se declaran convencidos de que todo en Francia es “lo mejor del mundo” y su enemigo común es el liberalismo. El odio antiliberal ha llegado a tales extremos que no sólo ningún político se atreve a declararse liberal, sino que nadie se atreve a explicar concretamente que entienden por liberalismo y antiliberalismo. En el PS se ha llegado a tales extremos que se habla abiertamente de escisión. El primero fue Michel Rocard, que ha perdido hasta su sombra, apoyado por Bernard Louchener, el socialista más popular en los sondeos y más impopular en su partido. Ambos despotrican contra los apolillados harapos marxistas de los partidarios del “no” a la Constitución europea, como si ésta fuera “liberal y moderna”. Otro espejismo. Mientras tanto la economía va de mal en peor. El paro se mantiene, pese a recientes manipulaciones estadísticas para ocultarlo, el crecimiento igual a cero, las quiebras de empresas aumentan y las exportaciones disminuyen. Se da el caso de que los grandes almacenes se han quedado sin pantalones, porque han dado con la puerta en las narices a las importaciones chinas, y se aceleran las quiebras en la industria del calzado de lujo, como la célebre Charles Jourdan. Nadie tiene para nada en cuenta la mala gestión, la exagerada carestía del producto, los vaivenes del mercado, o la asfixia de los impuestos estatales, no, nada, la culpa de todo la tienes los chinos. Los espejismos galos son los mejores del mundo.

En Internacional

    0
    comentarios