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Juan Carlos Girauta

Historiografía paranormal

Que hoy los militares no se dediquen "a hacer la guerra ni a salvar la patria" no significa que no tengan que hacerlo algún día. Si no, que se disuelvan.

El ex militar e historiador Cardona nos informa desde El Periódico de Cataluña de que "Los militares españoles no se dedican hoy a hacer la guerra, ni a salvar la patria, sino a defender la paz bajo la honrosa bandera de las Naciones Unidas. Si van a exponer su vida para defender la paz en todo el mundo, no pueden educarse a los pies del caballo de Franco, quien provocó una guerra civil y fusiló a unas 50.000 personas después de que esta finalizara. Educar a los futuros militares bajo esa estatua resultaba tan incoherente como formar cirujanos bajo una foto de Jack el Destripador".

El señor Cardona no nos importa, naturalmente. Es su párrafo el que exige bisturí. Contiene el puro concepto que de lo militar se ha ido asentando en las mentes españolas. Concepto humanitario, concepto solidario que admite momentos de franca emoción, pero concepto falso y despreciable. ¿Puede lo humanitario y solidario ser falso y despreciable? Puede, cuando, por ejemplo, paraliza cualquier posibilidad de uso de los ejércitos para los fines que les son propios y por los que los ciudadanos los financian a través de los impuestos. Preocupa la infantilización de la sociedad española, mucho menos realista en cuanto a su seguridad y a las condiciones reales de la "paz" que las sociedades británica o francesa.

Que hoy los militares no se dediquen "a hacer la guerra ni a salvar la patria" no significa que no tengan que hacerlo algún día. Si no, que se disuelvan. Los fines disuasorios de mantener un ejército competente y no una sección de caqui de chicas de la Cruz Roja incomprensiblemente escapan a este ex militar, que sabemos empeñado en dos cometidos imposibles (salvo en el campo de lo paranormal). Uno: demostrar que el general que ganó la guerra civil partiendo de una desesperada inferioridad era un estúpido sin sentido estratégico, y que aquellos a los que fue derrotando paulatina e inexorablemente valían profesionalmente mucho más que él. Cardona, quien ha vencido no necesita demostrar con argumentos que hace su trabajo mejor que el derrotado. Dos: alterar el pasado, doblando el número de fusilados en la posguerra. Cardona, ¿conoce el concepto de irreversibilidad? ¿O falseando el pasado desea manipular el presente?

Por último, comparar a Franco con Jack el Destripador es muestra un ingenio tan sutil que me deja sin palabras. Y de una valentía admirable, pues aquel estúpido estratega podría removerse en su tumba treinta años después de su deceso. Arrojado imprudente.

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