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Quién dijo qué

¿Por qué no? El lector ya lo ha adivinado; la negociación real de Zapatero con ETA nada tiene que ver con la negociación que se les ha contado a los españoles. Así que habrá que esperar al próximo paso; que El País y el Gobierno cocinen y guisen las actas

¿Porqué ahora el Gobierno, el PSOE y sus medios afines se llevan las manos a la cabeza ante la exigencia de Rajoy de hacer públicas las actas de la negociación con ETA? Mucho daño ha tenido que hacer Rajoy en Ferraz y Moncloa para que salgan todos, periodistas de cámara, portavoces y presidente, enloquecidos y endemoniados ante la posibilidad de que los españoles conozcan el contenido de sus apaños con ETA.

Porque fue el propio Gobierno, a través del diario El País (10 de junio de 2007) el que reconoció la existencia de unos notarios que custodiarían las actas del proceso entre Zapatero y ETA. Existen actas de las negociaciones y no porque lo diga Gara o ETA, sino porque el propio Gobierno lo ha reconocido y ha sido publicado en varias ocasiones.

Y es que para revestir de seriedad y dignidad los tratos con ETA el Gobierno nombró notario del apaño al centro Henry Dunant de Ginebra. Eso sí, el Gobierno olvida que no fue el PP el que nombró un notario, sino que fue cosa de los dos, de ETA y del PSOE. Pero como es bien conocido por todo el mundo –con la excepción quizá de Zapatero, De la Vega y Bermejo– un notario levanta acta de lo dicho y pactado, por si en un momento es necesario recordar a ambas partes quién dijo qué.

Y ese momento llegó cuando ETA asesinó primero y rompió la tregua después. Y los contertulios de las actas de entonces hoy se pelean; ETA dice que el Gobierno no cumplió con lo pactado, y el Gobierno dice que lo que dice ETA no fue lo pactado. De nuevo parece absurdo recordarlo; son ellos solitos, ETA y el PSOE, los que no se ponen de acuerdo sobre lo que se dijo, es decir, sobre quién dijo qué. La perversa derecha que tanto preocupa a ZP no tiene arte ni parte en sus arregos con terroristas ante centros internacionales "para el diálogo", eso que tanto gusta a Zapatero.

Es decir; el caos generado por la política antiterrorista tiene como único culpable a Zapatero. Si el Gobierno tiene razón, negoció de buena fe y en ningún momento vendió políticamente, entonces no existe ninguna razón para no hacer públicos unos papeles que coincidirán con lo que dice Zapatero que él dijo. Las actas reclamadas por Rajoy serían la prueba fehaciente de la desleal posición del PP ante la negociación. Resulta sorprendente que con el Gobierno de la filtración perversa y la propaganda masiva no sean ya públicas y publicadas.

Fueron Zapatero y ETA, de común acuerdo, los que acudieron a un notario internacional que levantara testimonio de lo dicho. Hoy son ellos –no Rajoy– los que no se ponen de acuerdo en quién dijo qué. La consecuencia lógica es que un Gobierno de la nación, gravísimamente cuestionado, pida al notario que haga público lo qué se dijo y por parte de quién se dijo. A fin de cuentas, para eso está el notario nombrado por ZP. ¿Por qué no? El lector ya lo ha adivinado; la negociación real de Zapatero con ETA nada tiene que ver con la negociación que se les ha contado a los españoles. Así que habrá que esperar al próximo paso; que El País y el Gobierno cocinen y guisen las actas antes de presentarlas desnatadas, descafeinadas y bajas en calorías para calmar las sospechas desatadas.Y es que, ¿cómo era eso? "Los españoles no se merecen un gobierno que..."

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