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José García Domínguez

Espanya ens roba!

Por no hablar del nuevo nicho de lerdos que acaba de descubrir Al Gore con la moto del calentamiento global. Sin embargo, y por razones que se me escapan, aquí, en Cataluña, el que más cuaja es el tonto del umbral de la pobreza.

Como es sabido, los tontos, a diferencia de los malvados, no descansan nunca, pues su propia simpleza los blinda frente al menor relajamiento en el desempeño eficaz de su único quehacer cotidiano. He ahí la razón de que los primeros siempre resulten infinitamente más peligrosos que los segundos. Así, un tonto que se precie, como por ejemplo el consejero de Gobernación de la Generalidad, Joan Puigcercós, jamás dejará de hacer uso de su más preciado atributo natural durante las veinticuatro horas del día; todos los días del año, domingos y fiestas de guardar incluidos.

Nadie se extrañe, pues, de que Puigcercos rompiera a aplaudir como un poseso, ayer, cuando el jefe de los encapuchados que asaltaron la COPE depuso en su presencia que "la dominación española hace que hoy el veinte por ciento de los catalanes vivan por debajo del umbral de la pobreza". Y es que con los tontos viene a ocurrir algo muy parecido a aquello que nos repetían siempre en el NODO, lo de "la rica variedad de los hombres y las tierras de España". Vaya, que los hay para todos los gustos.

Repárese si no en el típico bobo al que le da por cubo de Rubik, un clásico de toda la vida que nunca pasa de moda. O recuérdese la no menos entrañable figura del tonto del pueblo con sensibilidad hidráulica, esos que llevan años sin dormir, obsesionados con el asunto de la degradación de la capa freática en el subsuelo de su provincia. Por no hablar del nuevo nicho de lerdos que acaba de descubrir Al Gore con la moto del calentamiento global. Sin embargo, y por razones que se me escapan, aquí, en Cataluña, el que más cuaja es el tonto del umbral de la pobreza.

El umbral de la pobreza. Se les ha explicado el concepto mil veces y siguen sin entenderlo. Pero, paciencia, vayamos a por la mil uno. A ver, Puigcercós, presta atención. Mira, si tú pones a todos los habitantes de los Països Catalans en fila india, alineados siguiendo el criterio único de su nivel de renta, por narices, habrá uno que caiga justo en el medio. Pues bien, los que ingresen al año menos de la mitad de lo que se lleva ése, técnicamente, serán pobres relativos. Así de simple, Joan. De ahí que hasta el clan Rockefeller albergue su propio e inevitable umbral de carpantas domésticos.

Dicho de otro modo: puesto que el indicador estadístico llamado "umbral de pobreza" es, por definición, una magnitud relativa, no se puede extraer de él ninguna enseñanza sobre la realidad en términos absolutos. Ninguna, Joan.

En fin, ya sé que no lo habrá pillado. Pero uno, que ha sido profesor de economía durante quince años, tenía la obligación de intentarlo.

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