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José García Domínguez

Una tertulia en el infierno

Desengáñese mi buen amigo, ustedes, los intelectuales, nunca entenderán que controlar las mentes es muchísimo más simples de lo que suponen. Mañana, todo el mundo hablará de ese español que ha ganado el Tour y del póster de los peligrosos terroristas

Josef Goebbels: Y usted, señor Kane, ¿qué solución hubiese propuesto para el problema que hoy nos ocupa?

Ciudadano Kane: La misma que han aplicado, sin dudarlo. ¿Acaso, mi querido Josef, se le ocurre otra mejor?

Josef Goebbels: La verdad es que no. He de admitir que ha sido un trabajo ejemplar, sobre todo, teniendo en cuenta la coordinación extraordinaria con que han actuado las partes.

Nicolás Maquiavelo: Pero, ¿están ustedes seguros de que la opinión pública no sospechará nada? Difundir los nombres y las fotos de los etarras más peligrosos justo este domingo a media mañana, cuando hace más de un mes que la Policía conoce sus identidades y dispone de las imágenes... Yo habría desconfiado de inmediato.

Ciudadano Kane: ¿Recuerda usted, Nicolás, qué día y hora eligió su aventajado discípulo Felipe González para deshacerse de Alfonso Guerra en la Vicepresidencia del Gobierno?

Nicolás Maquiavelo: Claro que sí. Lo cesó coincidiendo en el mismo instante en que todas las cadenas de televisión del mundo interrumpían su programación habitual para anunciar el inicio de la Guerra de Kuwait.

Ciudadano Kane: Y, aparte de usted, ¿alguien más reparó en aquella casualidad?

Nicolás Maquiavelo: Hombre...

Ciudadano Kane: Desengáñese mi buen amigo, ustedes, los intelectuales, nunca entenderán que controlar las mentes es muchísimo más simples de lo que suponen. Mañana, todo el mundo hablará de ese español que ha ganado el Tour y del póster de los peligrosos terroristas que acaba de editar Mesquida a toda prisa. Créame, Nicolás, las escandalosas revelaciones de Otegi y el PNV pasarán completamente inadvertidas para la inmensa mayoría de la gente. ¿Está usted de acuerdo con mi pronóstico, señor Munzenberg?

Willi Munzenberg: Completamente, Kane. En fin, después de escuchar a nuestro ingenuo escritor, comprenderá usted por qué me resultó tan fácil usarlos como Kleenex de usar y tirar durante todos los años que viví allí arriba.

Josef Goebbels: Por lo demás, ¿no se les antoja admirable que la fecha también coincida con la operación salida, el único instante del año en que el país entero se desengancha unas horas de la pantalla del televisor? ¿Se imaginan por un segundo el terremoto que habrían provocado entre Otegi y el PNV en caso de haber esperado sólo hasta septiembre para confesar la verdad?

Willi Munzenberg: Admirable, usted lo ha dicho. La bomba de relojería que suponía la confirmación de que el "proceso" sigue abierto y que Zapatero acordó con ETA la autodeterminación, además de la anexión de Navarra, ha sido desactivada. Cuando el electorado vuelva de la playa, como dicen los periodistas, ese tema estará descontado.

Josef Goebbels: Por no hablar de la historia de los 1.500 euros estallándole en las narices a Zapatero en plena campaña electoral.

Ciudadano Kane: Y todo gracias a un simple cartel de película de miedo y un tipo montado en una bicicleta. A este paso, señores, la historia nos absolverá.

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