Menú
Amando de Miguel

Topónimos y gentilicios

Antonio Rojas me señala que en Córdoba el cementerio más concurrido recibe el nombre de "la Salud", oficialmente de "Nuestra Señora de la Salud". Pero es que el barrio que linda con dicho cementerio se llama "Vistalegre".

Siempre es un misterio y un atractivo averiguar por qué tienen nombres propios los lugares. Hay personas que ponen nombres a sus casas. ¿Por qué no? La idea es que el espacio que a uno le rodea sea como una persona, tenga personalidad.

Gabriel Moncalián Arsuaga da cuenta de que en Cantabria tienen "un bonito pueblo llamado Carmona y a sus habitantes se les llama carmoniegos". Añado que hay varias localidades españolas con el nombre de Carmona (Sevilla, Murcia, La Coruña). Parece que quiere decir "colina caliza". Cabe también la raíz Car que significa "piedra" en algunas lenguas prelatinas. En vasco harri es "piedra". El sonido de la erre quizá sea una voz natural para recordar el arroyo con los cantos rodados.

Hay nombres de lugares que resultan graciosos. Por ejemplo, la plaza de Oriente en Madrid está en el extremo occidental del casco histórico. Desde luego, el puente de Segovia, sobre el Manzanares, no lleva a Segovia. Antonio Rojas me señala que en Córdoba el cementerio más concurrido recibe el nombre de "la Salud", oficialmente de "Nuestra Señora de la Salud". Pero es que el barrio que linda con dicho cementerio se llama "Vistalegre".

José Ángel Iturriaga dice que el gentilicio de Guadix es accitano. Así será. Los historiadores clásicos hablan de una ciudad, Acci, que la tradición identifica con la actual ciudad de Guadix. Pero ese nombre puede ser un híbrido del árabe wad (= río) y del ibero ix o aiz (= roca, peña). Es decir, Guadix sería algo así como "Río rocoso". En cuyo caso bien podrían ser guadijeños los habitantes de Guadix, como los de Texas son tejanos. Carlos de Vegadeo insiste en lo de accitano, pues nadie le dijo lo de "guacijeño". Que se llamen los de Guadix como quieran.

Agustín Fuentes me cuenta ilustradas historias sobre los relojes de sol. Al parecer los primeros y más abundantes fueron los horizontales. En los países centroeuropeos las torres eran la ostentación del poder eclesiástico o mercantil y no solían tener relojes de sol. Añado que la torre era también el símbolo urbano del poder civil. A partir de la Edad Moderna, en la torre del Ayuntamiento solía figurar un reloj mecánico. Recuérdese el de Praga, tan ostentoso. Don Agustín relata una divertida historia que le ocurrió a una pareja amiga. El chico, alemán, se casó con una española y se fueron a vivir a la ciudad de Aachen. La española estaba empeñada en visitar la catedral de Aquisgrán, que había visto en fotografías. Pero su marido no supo decir a su mujer dónde se encontraba Aquisgrán. Hasta que, al ver la catedral de Aachen, cayeron en la cuenta de que era Aquisgrán, como Regensburg es Ratisbona o Antwerp es Amberes. Añado que es bonito que algunas ciudades cuenten con varios nombres según los idiomas. Eso es lo europeo. Alguna vez los munícipes españoles de las regiones bilingües aprenderán la lección. Madrid tiene envidia de los varios nombres y puede que alguna vez se designe con este rótulo: "Madrid, Madriz, Madrí, Madrit".

A propósito del origen de algunos topónimos como Cabuérniga, José María Sánchez Galera aventura que el sufijo –erniga o –ernika proviene de la Europa boreal. "Quizá Guernica tenga algo que ver" con ese origen. A propósito de etimologías curiosas, don José María razona que el nombre de Suárez equivale al "descendiente de Schwartz". Añado que otra adaptación de ese nombre es Prieto. Parece que una legión de caballeros Schwartz llegaron a España con el Emperador Carlos V. Seguramente no eran rubios flamencos sino cetrinos judíos. Desde luego, el interesante Pedro Schwartz da el tipo.

En Sociedad

    0
    comentarios