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Agapito Maestre

González, el PP y la Iglesia

Quien se desentiende de la crítica, es decir, quien desiste de entender que hay detrás de la crítica de Felipe González a la Iglesia, contribuye directamente al asentamiento de una sociedad simplista y superficial.

El anticlericalismo y el odio al adversario siguen siendo las bases de la política socialista. En este ámbito el socialismo español no evoluciona. Es totalitario por su negación de la libertad religiosa. La prueba son las declaraciones recientes de Felipe González contra la Iglesia católica y el PP, que son más propias de un individuo resentido que de alguien con juicio político. Pero, sobre todo, suenan a tópicos y lugares comunes. La Iglesia, ha dicho González, está en las mismas posiciones preconstitucionales que el PP. ¡Es tan cómodo el ataque políticamente correcto a la Iglesia! Moviliza los bajos instintos de los socialistas. Y, sobre todo, da votos, si se identifica a los votantes del PP con la Iglesia. Obviamente, esa identificación es falsa. Más aún, todo el mundo sabe que eso es mentira, pero, y esto es lo peligroso, tendemos a no prestar atención a este tipo de declaraciones, como si fueran de alguien que está fuera de la realidad.

Mal hacemos y, sobre todo, mal harán el PP y la propia Iglesia católica si no responde a esa falsedad. Peor, pues, que las declaraciones de González son las reacciones pasotas de sus adversarios. Deberíamos, en verdad, preocuparnos por esta actitud pasiva y poco combativa que muestran tanto el PP como otros agentes críticos con la ideología socialista, sencillamente, porque estarían contribuyendo a la irresponsabilidad cotidiana, que es el peor enemigo de la libertad. El PP no puede pasar de ese tipo de exabruptos socialistas. Además, no basta con que un dirigente del PP, por ejemplo, Jaime Mayor Oreja responda críticamente sobre lo declarado por González, sino que es menester que el PP, como partido, conteste al socialismo que la defensa de la Iglesia de la "libertad religiosa", que tanto molesta a González y Rodríguez Zapatero, no es un asunto preconstitucional sino absolutamente constitucional. Es un asunto en el que nos va la calidad de nuestra vida democrática. Es un asunto de libertades; ¿o es que acaso tiene menos importancia la libertad religiosa que otro tipo de libertades?

En fin, más peligrosas que las declaraciones de González son las reacciones pasotas de quienes pudieran creer que la libertad religiosa es un asunto menor de la democracia, o peor, que lo dicho por González formara parte de unos tópicos que no merecen ser criticados. En esa lamentable posición, por otro lado, se halla gran parte de la intelligentsia española. Sepa ésta que quien abdica del deber de criticar a quien no respeta la libertad religiosa, sin duda alguna, contribuye al asentamiento del mal concreto. Quien se desentiende de la crítica, es decir, quien desiste de entender que hay detrás de la crítica de Felipe González a la Iglesia, contribuye directamente al asentamiento de una sociedad simplista y superficial.

Terrible es la situación acrítica que vive hoy la sociedad española, porque es, precisamente, en ese ambiente de simplismo y desentendimiento, al que tanto contribuye el relativismo socialista, donde ha empezado a dejar de tener sentido hablar de la raíz del mal.

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