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Carlos Semprún Maura

Tía Mercedes está triste

Sí, media hora y vuelta a las nubes, a la lluvia, al frío. Y eso dura desde enero. ¿Cuándo se va a calentar por fin el planeta?

Me llama tía Mercedes y me dice:

– ¡Me voy a suicidar!

– ¿Y eso? – pregunto. Porque teniendo en cuenta su edad (es mayor que yo), con sentarse en una butaca y aguardar no tendría que esperar mucho sin necesidad de declaraciones estrambóticas.

– No soporto más este tiempo, este frío en verano, este cielo gris, esta lluvia permanente; todo eso me deprime. No puedo más, me voy a suicidar.

– Ayer hubo sol por la mañana – digo para consolarla.

– Sí, media hora y vuelta a las nubes, a la lluvia, al frío. Y eso dura desde enero. ¿Cuándo se va a calentar por fin el planeta?

Le recuerdo que el viernes 13 de julio hizo un tiempo espléndido y el 14, día de la fiesta nacional francesa, si bien llovió algo por la mañana, pudieron celebrarse todas las ceremonias, desfiles, garden-party y conciertos al aire libre. Pero yo, claro, el viernes 13 no salí.

– ¡Anda! No sabía que fueras supersticioso.

– Supersticioso, no, sólo prudente.

Pero eso a tía Mercedes le importa un bledo, media hora, incluso una tarde de sol y luego vuelta a la lluvia y al frío, que dura desde hace más de un año es insoportable.

– Me voy a suicidar – repite. Y, de pronto me espeta – ¿Sigues tan entusiasmado con Sarkozy?

– Entusiasmado no es el término exacto.

– En todo caso, la nueva ley que aligera las gestiones y suprime los impuestos en las herencias es una buena medida. Yo sufrí el martirio con tanto papeleo y tanto impuesto cuando murieron mis maridos – y, saltando de un tema a otro, como acostumbra, dice –. No soporto a este alcalde, a Delanoe, con su París-Playa en la que está prohibido bañarse, sus grotescas bicis y su tranvía. ¡Es de un cursi! He leído no sé dónde que iba a sustituir a Hollande como cabeza del Partido Socialista. ¡Pues van dados!

– Pues yo he oído esta mañana por la radio que, en un sondeo reciente, el que tiene más posibilidades es Dominique Strauss-Kahn, con un 30%, mientras que Ségolène se hunde con sólo un 14%. Por eso considero que ha metido la pata aceptando ser candidato a la dirección del FMI. A menos que haya abandonado toda ambición política tendría que haberse quedado en Francia, en el tajo, y librar batalla, que hay mucho por hacer. El PS está hecho una piltrafa.

En este sentido, Le Figaro publica este miércoles una decepcionante entrevista con Manuel Valls, diputado-alcalde de Evry y el hombre que trepa en el PS. Reconoce la crisis actual, se declara contrario a la organización de su partido, a las corrientes, cada una con su líder, y aboga –¡no faltaba más!– por una dirección socialista nueva y más joven; no lo llega a decir, pero ¿por qué no Manuel Valls? Admite que el PS puede colaborar en ciertos temas con la mayoría y descubre mediterráneos: "Estamos en una economía de mercado, hay que admitirlo definitivamente". Tendrán que elaborar algo más consecuente, si quieren salir de la crisis.

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