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Juan Carlos Girauta

Con amigos así...

Dadas las ansias irrefrenables de "ayudar a Rajoy a ser presidente" que exhiben algunos populares y anexos, he aquí la fórmula mágica que ha de lograr su loable objetivo: cállense.

La España liberal conservadora tiene un partido y no más. Afortunadamente. Dada la estructura del voto nacional, cualquier fragmentación acabaría con las expectativas de desplazar al PSOE del poder durante todo el tiempo que tal fragmentación durara. Sabiendo lo anterior, algunos comunicadores progres que vienen trabajando con desinteresado ahínco por "centrar" al PP, le piden a Gallardón que monte su propio partido para luego forzar negociaciones.

Como si no existiera una ley electoral que premia a los que concurren unidos. O, lo que es igual, castiga a los que se presentan separados: la suma de estos no dará nunca para nada, y por consiguiente nada habrá que negociar, como no sea el orden en el uso de los urinarios del Congreso.

Aquí solamente lo izquierda puede presentarse separada. Sólo el PSOE puede permitirse un hermano pequeño. Hermanito que cosecha, por cierto, más de un millón de votos. Y que con una legislación electoral menos representativa de la tierra y más de las personas, colocaría veintitantos neocomunistas en el hemiciclo.

Como quiera que todo guiño de coyunturales equidistancias, toda insinuación de perfil propio y todo amago de promoción personal pone al PP al borde del abismo, y dadas las ansias irrefrenables de "ayudar a Rajoy a ser presidente" que exhiben algunos populares y anexos, he aquí la fórmula mágica que ha de lograr su loable objetivo: cállense.

Dejen de reivindicar voces navarras y voces madrileñas. Dejen de jugar con fuego y de presentar sus intereses y ambiciones personales como muestras de incondicional entrega al partido. No se conviertan en piedras en el camino porque saldrán despedidos y se les olvidará antes de que hayan tocado tierra. No duden de que eso es exactamente lo que les sucederá, hayan cosechado muchos éxitos, como Matas, o muchos fracasos, como Piqué. Qué fue de tanto galán / que fue de tanta invención que trujeron...

Cuentan los confidenciales que a don Alberto le han alentado unos amigos empresarios a postularse como candidato a la presidencia del gobierno. Para lo cual tiene primero que perder Rajoy. Vamos, que se entiende a la perfección que su actual obsesión sea "ayudarle a ser presidente". ¡Con lo fácil que sería! Bastaría con acudir a las virtudes del silencio, en las que están prudentemente instalados en esta etapa crucial centenares de políticos populares valiosos y abnegados. Y leales.

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