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Amando de Miguel

¿Castellano o español? Polémica inacabada

Mi idea es que los conquistadores españoles fueron todo lo rudos que exigía su acción y su época, pero no impusieron su lengua. Todavía menos lo hicieron los clérigos o misioneros. La imposición se realizó después por los criollos

Álvaro Ortíz de Zárate (Álava) opina que en España "existen dos idiomas virtuales: el catalán y el español. El llamado gallego no pasa de ser una variante del español, y también el vasco". Disiento de ese enfoque. Idiomas son todos los que así son considerados por sus hablantes, sea cual sea la amplitud de esa población. Otra cosa es que, debido al número de hablantes y a otros rasgos, unos idiomas son de comunicación internacional y otros (étnicos) se adscriben a una región o nación de forma privativa. Es claro que el español es uno de los pocos que en el mundo son de comunicación. Los demás idiomas españoles son étnicos, lo cual no prejuzga que sean menos interesantes en todos los demás sentidos. Al español de España lo denominamos también "castellano" porque hay otras formas de hablar el español en el continente americano. La calificación de "castellano" es por su origen, por haber nacido al tiempo del condado de Castilla, en tierras que son hoy parte del País Vasco, Burgos o La Rioja. Se puede disentir de las opiniones anteriores, pero es una evidencia indiscutible que muchas personas llaman "castellano" al idioma español que se habla en España. Otras prefieren la etiqueta de "español". Ambas denominaciones pueden valer.

Álvaro Vivar (Madrid) me envía "un pequeño tirón de orejas" por mi apreciación sobre las lenguas de España. Don Álvaro se pronuncia así de tajante: "mete usted la pata de medio a medio" al considerar que, junto al castellano, hay otros idiomas en España. Acierta don Álvaro al observar que "el español" se refiere al "idioma oficial de España", pero "lo español" califica "cualquier cosa perteneciente o relativa a España". Solo que esa pequeña polisemia para mí es una bendición; en cambio, parece que le irrita a mi apasionado corresponsal.

Don Álvaro razona que, si se utiliza "castellano" en lugar de "español" para calificar al idioma, la consecuencia es que el idioma español lo presentan los nacionalistas como invasor. Más aún, esa opción "legitima los ataques que sufre [el idioma español] día a día y los atropellos que sufren sus hablantes". No creo que las iras nacionalistas contra el idioma español y sus hablantes vayan a ser mayores porque se utilice la etiqueta de "castellano" en lugar de "español". Pero, en fin, caben todas las opiniones, incluida la mía. De ahí que la admonición final de don Álvaro me parezca tan injustificada como simpática: "Por favor, no caiga usted en la trampa del lenguaje. Usted menos que nadie". Lo que está claro es que esto de la lengua genera pasiones.

Juan José Garaeta Díaz se refiere a la frase del escritor mexicano Carlos Fuentes cuando dijo que él hablaba español y no castellano porque el castellano no lo sabía pronunciar. La frase se atribuye también a Octavio Paz. La intención es la misma: que el español (universal) es mucho más amplio que el castellano (de España). Don Juan José da en el clavo cuando asegura:

En broma decimos que los andaluces hablamos un español que lo pronuncian mal los castellanos. Pero sin duda es más fácil entenderse un nicaragüense con un riojano que un británico con un filipino angloparlante. Todo sea en beneficio de nuestro idioma.

Santiago Ruiz se refiere a mi afirmación de que el idioma español empieza a serlo verdaderamente cuando se expande por el continente americano. Esa expansión la considera don Santiago como una "imposición" de los conquistadores, los clérigos y luego los criollos. Concluye así don Santiago:

No deja de extrañarme que una persona con su preparación intelectual, haga afirmaciones de esta índole, como mínimo tan poco exactas y reflejas de la realidad. A no ser que haya una segunda intención, como seria la de engrandecer a la lengua española a costa de empequeñecer a las demás, siendo esto una muestra mas a sumar de ese famoso imperialismo español, destructivo y sin respeto alguno allí donde va hacia las culturas y lenguas que halla.
Mi idea es que los conquistadores españoles fueron todo lo rudos que exigía su acción y su época, pero no impusieron su lengua. Todavía menos lo hicieron los clérigos o misioneros. La imposición se realizó después por los criollos, los caudillos de la independencia de los países americanos. Aun así no considero que fuera una acción vituperable. La alternativa de excluir el idioma español para oficializar los idiomas indígenas hubiera conducido al fracaso como naciones independientes. La excepción del Paraguay, en donde se ha conservado mejor la lengua indígena, no es precisamente un modelo de progreso. Tampoco habría sido un progreso el que el latín no se hubiera impuesto en España mil años antes de la conquista de América. Precisamente el español es una derivación del latín, un gran idioma de civilización. El indigenismo lingüístico puede ser una forma taimada de inicua explotación por parte de las minorías cultivadas. El idioma español es hoy el mejor capital del que disponen los países hispanoamericanos.

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