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Álvaro Vermoet Hidalgo

La FERE, Losantos y el más puro liberalismo

No hace mucho, en el Consejo Escolar de Madrid, el representante de la FERE me criticó por defender el cheque escolar y dijo que el concierto garantizaba la estabilidad y los puestos de trabajo (tipo astilleros, imagino)

Fuimos ocho las organizaciones convocantes de la manifestación educativa del 12 de noviembre de hace ya dos años. Entre ellas no estaba la FERE, que se adhirió en el último momento para desmarcarse del grupo convocante desde la misma rueda de prensa que dimos en el Palacio de la Moncloa, en la cual aclararon a la prensa que la FERE no se unía a nosotros en la petición de dimisión de la ministra.

Me he reunido muchas veces con la FERE y estoy convencido de que ninguno de sus dirigentes tendría reparo en admitir que los colegios concertados lo tienen más fácil en las comunidades autónomas gobernadas por el PP que en las gobernadas por el PSOE. La escuela concertada depende de la voluntad política para poder funcionar. El concierto educativo consiste en que el centro privado sea parte del servicio público, en el sentido de que ni elige a sus alumnos –éstos son asignados por una Comisión municipal– ni tiene derecho a cobrar a las familias cantidad alguna; sólo su ideario moral o religioso y la autonomía en la selección del profesorado lo diferencia de una escuela pública. O al menos esa es la idea, pues, como bien sabe la FERE, ese dinero no es suficiente y tienen que cobrar a las familias para poder mantenerse, eso sí, siempre bordeando la Ley. Por eso los colegios concertados están sujetos al poder político.

No hace mucho, en el Consejo Escolar de Madrid, el representante de la FERE me criticó por defender el cheque escolar y dijo que el concierto garantizaba la estabilidad y los puestos de trabajo (tipo astilleros, imagino). ¿Acaso se basa el libre mercado –o la libre elección de centro– en garantizar la estabilidad y los puestos de trabajo a quienes pretenden dar un servicio a la sociedad? ¿No se basa más bien en que sean las preferencias de la sociedad las que determinen qué servicios sobreviven y cuáles no? Así sucede, al menos, con la alimentación, ¿por qué no con la enseñanza? Estoy convencido de que la inmensa mayoría de las familias católicas que van a centros FERE preferirían poder tener en sus manos el cheque escolar para, con él en la mano, buscarse la vida sin pasar por la Comisión de Escolarización y el concejal de turno.

Al final va a tener razón la FERE: su problema no es la Educación para la ciudadanía ni mucho menos depender del Gobierno de turno cada dos años. Su problema es, según dicen en una carta remitida a la Conferencia Episcopal (y al ABC), Federico Jiménez Losantos. Resulta que el locutor ha pecado de, cito textualmente, defender "el más puro liberalismo", lo cual, a juicio de la FERE, atenta contra la libertad de enseñanza. Es decir, que la Educación para la ciudadanía no atenta contra la libertad de enseñanza, la imposición lingüística que defendió hace poco la FERE gallega no atenta contra la libertad de enseñanza, pero el liberalismo y la COPE resultan letales. Qué raro ¿no? Y ¿qué dice la FERE de Rajoy? ¿No dijo Rajoy en la COPE que el cheque escolar era la garantía de la total libertad? Igual hasta tienen razón en la FERE y deben temer al liberalismo. ¿Por qué no lo comprobamos? Es fácil: ¡Cheque escolar, cheque escolar, cheque escolar!

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