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Jorge Valín

Un problema entre empresas, cuando interesa

Si el Gobierno es incapaz de defender a sus ciudadanos dentro y fuera del país, ¿de qué nos sirve el Gobierno y toda su enorme, coactiva y costosísima maquinaria?

Lo ha dicho Moratinos: el conflicto entre las españolas Repsol YPF y Gas Natural con la argelina Sonatrach, no va con el Gobierno. Si recuerdan, Zapatero dijo lo mismo cuando Evo Morales nacionalizó los hidrocarburos en Bolivia. En ese momento, Repsol también fue la víctima.

Que el Gobierno no se meta en asuntos económicos ni de cualquier otro tipo es algo loable; que lo haga unas veces sí otras no, ya empieza a molestar; pero que por sistema defienda los intereses de todos los países menos del que gobierna, ya es indignante. En el caso de Repsol contra Bolivia, Zapatero, lejos de defender a Repsol, tomó la brillante decisión de condonar parte de la deuda a Bolivia.

Si el caso de Argelia prospera mucho más, probablemente el Gobierno español hará algún tipo de favor a Argelia como ya ha hecho con otros países. Siendo esto enervante, porque no lo paga ZP sino usted, lo más desconcertante es la enorme hipocresía y falsedad con la que actúa este Gobierno. Después de haber vivido el alucinante intervencionismo del Gobierno contra Endesa en el caso E.On, después de haber recibido críticas internacionales por el partidismo de órganos reguladores como la CNMV y la CNE a favor del Gobierno, después de la persecución por parte del Gobierno contra empresarios como Francisco González (presidente de BBVA) o Manuel Pizarro (presidente de Endesa), después de todo ello el Gobierno nos dice ahora que la crisis de Argelia es un asunto privado. ¿Desde cuándo ha respetado el PSOE los asuntos privados? ¿Desde cuándo le ha interesado al PSOE cualquier cosa que no sea la compra de votos?

El Estado es el monopolio de la fuerza unilateral, de la violencia, de la represión en un territorio determinado. De él se espera que use estas armas en defensa del ciudadano, pero nadie de este país ni del mundo entero es lo suficientemente anciano como para recordar que cualquier Gobierno haya usado esta “concesión” en defensa del ciudadano. Si el Gobierno es incapaz de defender a sus ciudadanos dentro y fuera del país, ¿de qué nos sirve el Gobierno y toda su enorme, coactiva y costosísima maquinaria? De lastre para nuestro bienestar.

Un Gobierno arbitrario es un Gobierno tiránico del que nadie se puede fiar. Como muestran los últimos años del Gobierno socialista, los altos funcionarios sólo intervienen cuando pueden sacar tajada. Si cumplir sus obligaciones les supone entrar en un conflicto de intereses, entonces no dudan en traicionar a aquellos a quienes han de proteger. ¿Cree que tiene sentido que el Gobierno se mantenga al margen de esta crisis porque, como ha dicho Moratinos, España tiene buenas relaciones con Argelia? Si usted está en Argelia, u otro país aliado de España como Cuba, Venezuela o Bolivia, y el Gobierno le encarcela por algún error, ¿también ha desentenderse el Gobierno español porque se lleva muy bien con el Gobierno de ahí? Si al Gobierno se le da libertad, siempre se mostrará arbitrario. El mejor principio es que el Gobierno no intervenga para nada y en nada, y menos en economía. Al final nos sale más a cuenta asumir por nosotros mismos todos los riesgos que ceder el poder de la fuerza a alguien que no tiene incentivo alguno en defendernos y que su beneficio está, precisamente, en todo lo contrario como ha desvelado Moratinos con sus palabras.

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