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Isabel Durán

El partido de los topillos

No parece muy compatible la sudada de Savater con la promesa de un lugar de encuentro de gente con sentido de Estado, defensora de la unidad de España porque esa unidad genera igualdad y libertad

Dicen los ecologistas que el topillo mediterráneo, en su actividad cavadora, tapona las bocas de entrada y salida de las topilleras. Son por tanto los montoncillos de tierra que van formando en los terrenos donde se esconden los que los diferencian claramente de las ratas de agua. Toda una lección sobre el reino animal que viene que ni pintada al panorama político nacional. A falta de dos semanas para el nacimiento público del nuevo partido que lidera mi admirada Rosa Díez a alguno de sus promotores ya ha dejado su agujero al descubierto.

Para el portavoz de Basta Ya, Carlos Martínez Gorriarán, el presidente de DENAES, el popular Santiago Abascal, estaría mucho mejor en el partido de Le Pen. Veamos, en la brevísima etapa en la que los constitucionalistas aparentaron estar unidos en la lucha contra el totalitarismo nacionalista durante el mandato de José María Aznar, algo no encajó desde el principio. Se trata de la cesión a la izquierda por parte del Partido Popular del reconocimiento en la lucha por la libertad contra el totalitarismo nacionalista aparejado a una necesidad de halagarla y dorarle la píldora por el mero hecho de aceptar ir de la mano con quienes jamás saquearon los fondos reservados ni montaron los GAL.

El PP estaba sumamente agradecido por que los “intelectuales progresistas” se hicieran la foto con ellos. Consecuencia de ello fue una prepotencia y una soberbia intelectual que acabó convirtiendo a los ex pro-psoes en repartidores de carnés de demócratas. Salvo honrosas excepciones como Mario Onaindía, Nicolás Redondo Terreros o Teo Uriarte, entre otros, aquello se convirtió en un gallinero repleto de gallos de pelea afanosos por el estrellato. Tras la masacre del 11-M algunos de sus ilustres rostros se escondieron en sus madrigueras, otros, los más, pasaron a convertirse en el azote del PP por negarse a los pactos de Zapatero con los nacionalistas y con la ETA.

Santi Abascal ha puesto el dedo en la llaga cuando ha saludado la iniciativa de Fernando Savater de promocionar un nuevo partido recordando las palabras del filósofo al que “se la suda España”. Lo cierto es que no parece muy compatible la sudada de Savater con la promesa de “un lugar de encuentro de gente con sentido de Estado, defensora de la unidad de España porque esa unidad genera igualdad y libertad” como predica el execrador Gorriarán. Tendrán que empezar por aclararse los promotores de la “Platafroma Pro”.

Ignoro si en la fauna política pueden hacerse distingos entre el topillo o la rata de agua. Lo cierto es que también en los aldedaños mediáticos hay ya quienes, como Carlos Carnicero, tan olfateadores de los cambios de ciclo, parecen abandonar el barco. En fin, un solo detalle más meramente científico: la longevidad media de los topillos es de dos años.

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