Desde hace un tiempo en la calle Preciados de Madrid o en las Ramblas de Barcelona, ustedes pueden toparse con unos simpáticos chicos, y chicas, que, cárteles en ristre, ofrecen "abrazos gratis". Yo creía que era algo espontáneo, pero resulta ser un movimiento con cierta organización y hasta con web, cuyo propósito es repartir felicidad gratuita en este mundo nuestro tan consumista. Mientras la cosa quede en eso y el abrazo sea voluntario, no voy a ser yo quién critique la iniciativa.
El hecho de que estemos a unos meses de las elecciones generales provoca que se hayan superado, por parte del Gobierno y del partido socialista, todos los límites de electoralismo barato tolerables por un español medio. Desde el cheque de 2.500 € para los recién nacidos, hasta los pisos para los andaluces que cobren menos de 3.100 € al mes. Realmente, con el señor Rodríguez Zapatero no se sabe muy bien si su conducta responde a una estrategia premeditada o a pequeñas técnicas de supervivencia que no van más allá de levantarse mañana y seguir siendo presidente. El caso es que para vestir el muñeco ya tiene a las televisiones. Iba a decir afines, pero simplemente con mencionarlas ya sobra.
Por ejemplo, el otro día CNN+ nos desvelaba el papel que de aquí a marzo van a tener los miembros del Gobierno. De Carmen Chacón se decía que debe afrontar con decisión el problema de la vivienda –enfrentándose a Solbes si fuera necesario–, captar el voto joven ("decisivo el 14 de marzo de 2004") y despertar al votante catalán, luchando contra la abstención. Con frases antológicas como "con el esfuerzo de todos la vivienda va a dejar de ser un problema de muchos" no va a cumplir ninguno de los tres objetivos. Perdonen que me meta tanto con Carmen Chacón, alguien que comparte conmigo el ser mujer y catalana, pero inició su mandato con un nivel insuperable de demagogia y nadería y no lo ha rebajado ni un ápice.
Cuando Zapatero vino a Cataluña después de los apagones y las colas, su solución fue decir que el AVE llegará a Barcelona el 21 de diciembre. Se ve que el presidente y sus asesores han convertido el abrazo gratis en una forma de hacer política; deberían emplear la expresión como lema electoral.
Si estamos así en septiembre, no quiero ni pensar en que se va a convertir el programa electoral del PSOE en octubre o noviembre. De aquí a Navidad únicamente nos queda la aprobación de la "Ley para que no le falte un pavo a ninguna familia española en Nochebuena". Ley que, como todo el mundo sabe, no será de aplicación en Cataluña por efecto de la distribución de competencias del Estatut, porque en Cataluña se celebra mucho el día de Sant Esteve y la tradición manda comer canelones, y eso si nos queda dinero después del Cataluña-Usa y de la Maison de la Catalogne en París. Por cierto, hablando de fiestas y de Cataluña, en el día de todos los catalanes, ¡feliz 23 de abril!
