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Amando de Miguel

El español en el mundo, asunto polémico

Yo soy mucho más escéptico respecto a las posibilidades de la economía china y a la capacidad expansiva del chino mandarín. Es un idioma con enormes variaciones regionales, al menos como lengua hablada.

Mikel Morris opina que el idioma castellano no es tan internacional como a veces se dice. "Es más bien [un idioma] regional, aunque la región sea muy grande". Don Mikel es todavía más escéptico respecto al futuro del español. "Cara al futuro, creo que solo dos idiomas tienen una verdadera vocación internacional: el inglés y el chino". Respecto al chino, don Mikel opina que va a expandirse al tiempo que crece la economía de China y la de los países circundantes, "el auténtico motor de la economía mundial". Yo soy mucho más escéptico respecto a las posibilidades de la economía china y a la capacidad expansiva del chino mandarín. Es un idioma con enormes variaciones regionales, al menos como lengua hablada.

Coincido con don Mikel en que el inglés es la verdadera lengua mundial; es una idea mostrenca. Mi opinión es que el inglés no desplaza del todo al español sino que paradójicamente lo fomenta. Al menos se puede decir que el aprendizaje del español destaca en los países de lengua inglesa. Sea como fuere, no creo que se tienda a una lengua universal, como en su día lo fue el latín dentro de los límites del imperio romano. Curiosamente, el inglés se fragmenta como en su día sucedió con el latín. De momento, el inglés escrito evoluciona en el sentido de incorporar muchas palabras de origen latino, típicamente polisilábicas. El inglés monosilábico queda para la expresión oral.

J. me envía un largo memorial a propósito de mi decálogo para determinar la polaridad entre lenguas de comunicación y lenguas étnicas. La tesis de don o doña J. es que mi esquema taxonómico es inválido. La razón para esa invalidez es que el chino o el catalán no son idiomas étnicos como yo supongo. La discrepancia la entiende así mi anónimo corresponsal: "Cada día me sorprendo más de ver las cosas de que es capaz de de decir la ignorancia", la ignorancia mía, se entiende. El contradecálogo de don o doña J. discurre así de forma resumida. Añado entre corchetes mis comentarios:

  1. El chino cumple de sobras la condición de que sea hablado por más de cien millones de personas. [Estoy de acuerdo. Esa expresión "de sobras" me hace sospechar que mi anónimo corresponsal es catalán.]
  2. El chino es común a varios países con un cierto peso demográfico y económico. [Quizá tendría que haber matizado en mi decálogo que esa dispersión de un idioma de comunicación debe ir más allá de los países contiguos al país matriz. Así se vería más claro que el chino no influye más allá de los países contiguos y de los enclaves migratorios.]
  3. El chino unificó su gramática mucho antes que el castellano. [Pero sigue siendo cierto que la unificación gramatical del castellano se adelantó siglos a otros romances. Por otra parte, el chino está muy lejos de ser un idioma unificado, por lo menos como idioma hablado.]
  4. El chino se aprende masivamente por los que no lo tienen como lengua familiar. [No me parece que eso sea así, por lo menos en comparación con lo que ocurre con otros idiomas occidentales plenamente de comunicación.]
  5. El chino deja traducir fácilmente el gentilicio con que se conoce esa lengua, al dejarse llamar "chino mandarín". [No veo que las autoridades intelectuales chinas se sientan muy felices con el apelativo de "mandarín", que realmente es "pequinés" o "han yu" (= lengua de los han). Para empezar, el mandarín es solo uno de los dialectos de un haz lingüístico, solo que hablado por millones de personas. Encima convive con un sistema de escritura alfabética, el pinyín, y con distintas formas de simplificación de los ideogramas.]
  6. Mi corresponsal respira por la herida ante el punto de mi decálogo en el que especifico que una lengua de comunicación no necesita el carácter de lengua "propia" para medrar. Transcribo literalmente el exabrupto de don o doña J. con solo la provisión de acentos: "Aquí la vuelve a cagar, ya que el castellano solo a [sic] pasado a ser oficial a la fuerza". [Insisto en que la expansión del castellano no se debe a haber sido lengua propia u oficial, ni tampoco a que se haya impuesto por la fuerza. Pero sostener lo contrario tampoco es "cagarla".]
  7. Don o doña J. duda también de que el idioma de comunicación se emplee más allá del círculo doméstico o del referido a las tradiciones en el territorio donde tiene vigencia. La tesis de mi corresponsal es que el chino o el catalán encajan perfectamente en ese punto. [Yo lo dudo.]
  8. De nuevo arguye mi egregio corresponsal que el castellano se ha impuesto por la fuerza. [Si así fuera, ¿no tendría que haber desaparecido de América después de la independencia de los países iberoamericanos?]
  9. Ante el punto de la difusión literaria en otras lenguas, don o doña J. estalla: "Usted es un cateto con aires de intelectual" al ignorar que el chino tiene una cultura milenaria y que "el catalán es la primera lengua románica en Europa usada para escribir de filología y ciencias (Ramón Llull)... Pero usted es un ignorante de marca calificada". Luego califica mi argumento de "chorrada", producto de mi "facha mentalidad". A este periódico lo califica de "panfleto filo nazi", donde escribimos los "filonazis, analfabetos, racistas". La tesis final del cultísimo corresponsal es que la única lengua de comunicación es el inglés. "El resto de los mortales, hablamos más o menos la [lengua] propia, la materna, aunque en este puto país llamado españa haya gilipollas como usted que no entienda que la suya de lengua no es más bonita que la de los demás". [Corrijo acentos y un poco la sintaxis de ese exabrupto, que resulta difícil de entender. Con todo, creo que la calificación de "lengua de comunicación" es una cuestión de grado. En esa escala el castellano se acerca mucho más que los otros idiomas españoles al polo de la lengua de comunicación. Al final obtengo la impresión de que muchos defensores de las lenguas étnicas españolas necesitan el anonimato y el insulto. Quizá sea este algo que nos une a los españoles que hablamos distintos idiomas: necesitamos insultarnos en castellano.]

De forma educada y con el nombre por delante, Miguel Gutiérrez Gacituaga (Málaga) arguye que el chino sí es un idioma de comunicación porque los hablantes de sus distintas variantes se pueden entender por escrito. Redarguyo que ese rasgo no me parece definitivo. Por otra parte, don Miguel insiste en que las lenguas de comunicación suelen pertenecer a algún tipo de imperio. Es cierto; ya lo dijo Nebrija respecto del latín. Pero esa circunstancia no significa que el idioma "imperial" se imponga por la fuerza o por ser oficial. Recordemos que el idioma español no fue oficial de España hasta 1931. El argumento definitivo es que hoy mismo, a pesar de la oficialidad y la fuerza administrativa (política de inmersión lingüística) del catalán o del vasco, el castellano no desaparece de Cataluña o el País Vasco. Por lo menos eso es así con el castellano hablado.

Jaime Dapena es más pesimista respecto al porvenir del castellano en España:

De ser una lengua dominante, como lo fue toda la cultura, de la que forma parte, ha pasado últimamente a ser una lengua "acosada", despreciada, a extinguir, en no menos de cinco comunidades autónomas: Cataluña, el País Vaco, Mallorca, Valencia y Galicia, ya gobierne el PSOE, ya el PP.

Repito, acosada sí puede estar la lengua castellana en las regiones citadas, pero su vitalidad es extraordinaria. Solo se extinguirá si es sustituida por el inglés. Es un empeño de Sísifo, pero peores locuras se han visto.

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