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Amando de Miguel

La cuestión batallona de la enseñanza

Marga Estada da cuenta de un caso en la que un alumno fue castigado a la "silla de pensar" por el motivo de una pelea. Los padres le preguntaron al chico sobre lo que había pensado. El chico lo dejó bien claro: "¡Que le voy a sacar todos los dientes!"

José María Navia-Osorio comenta la sugerencia del Defensor del Pueblo, Enrique Múgica Herzog, de volver a introducir el tratamiento de "usted" en los centros de enseñanza obligatoria. Para don José María el tuteo generalizado en el ambiente escolar es la señal de una general degradación de la enseñanza. Añado que la propuesta de Enrique Múgica es un recuerdo del colegio de los Marianistas, donde él estudió (y yo también), en el que los profesores llamaban de usted a los alumnos, y no digamos a la inversa. Me parece que esas prácticas son irrecuperables. Es una lástima que nos alejen del grueso del español en el mundo, pero lo que el viento de la Historia se llevó en su día no volverá. Con el tuteo generalizado se puede reformar a fondo la enseñanza para que se instaure la moral del esfuerzo, que es lo importante. La imposición del "usted" es como el escrúpulo del padre Gargajo, algo entre grotesco y ridículo.

Ildefonso Polo Elvira acaba de verme en una entrevista por televisión (Antena 3) a propósito de la situación de la enseñanza en España. Su juicio es severo. Me acusa de "una gran falta de realismo acerca de la realidad universitaria, algo inexcusable en una persona inteligente y formada como usted". Concretamente, se fija don Ildefonso en mi rechazo hacia esa prepóstera institución de los exámenes de septiembre, que él considera con benevolencia. Siento que unas "declaraciones" por televisión sean tan fugaces como para que puedan llevar a la conclusión de mi "falta de realismo acerca de la realidad universitaria". Otra cosa no, pero realismo creo que no me falta, aunque solo sea porque llevo medio siglo dando clases a universitarios y porque habré escrito varios miles de páginas sobre la enseñanza en España. Lo de los exámenes de septiembre no es el peor de los males que aquejan al alma máter, pero es uno de ellos. El desastre primordial es la erosión de la capacidad de esfuerzo por parte de profesores y alumnos. Precisamente es esa falta de disciplina intelectual lo que lleva a convenir que el estudiante, repasando la asignatura pendiente durante el verano, pueda sacarla en septiembre. Cuánto mejor sería que los estudiantes aprovecharan el verano para instruirse por su cuenta sin la presión examinadora, para trabajar, para viajar, para acumular nuevas experiencias. Pero, con exámenes de septiembre o sin ellos, si falta el espíritu del esfuerzo, poco se consigue.

Una profesora de Galicia que no quiere dar su nombre (mala señal) me envía algunos datos sobre al "normalización" lingüística:

Recibimos la noticia de la firma del acuerdo de los tres partidos mayoritarios para que el próximo curso entre en vigor un Decreto que garantiza un mínimo de enseñanza en gallego del 50%, ¿qué quiere decir? Que excepto castellano e inglés, las demás materias pueden ser impartidas en gallego, en el mejor de los casos, al menos las troncales. Esto significa más niños obligados a una educación en una lengua que dicen propia, pero no es "su propia" y a muchos profesionales obligados también a impartir sus clases en un idioma con el que no pueden dar lo mejor de sí a sus alumnos. ¡Una pena!

Sería fácil reconocer el derecho de los niños a recibir la enseñanza obligatoria en su lengua propia, la de ellos, con tal de que hubiera un número suficiente de alumnos. Ese derecho sería indiscutible si la lengua "propia" fuera el español o cualquiera de las lenguas regionales de España.

Marga Estada da cuenta de un caso en la que un alumno fue castigado a la "silla de pensar" por el motivo de una pelea. Los padres le preguntaron al chico sobre lo que había pensado. El chico lo dejó bien claro: "¡Que le voy a sacar todos los dientes!"

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