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Amando de Miguel

De la cosa pública

Sin embargo, una cosa es cierta. Al menos en Madrid, cada vez se ven más banderas españolas. Claro que de poco vale esa manifestación oficial si la bandera española ha desaparecido de muchas escuelas, de los textos escolares.

Felipe Álvarez de Toledo me envía unas meditadas precisiones sobre el uso de la palabra fascismo. Discrepo solo de un detalle de la etimología. Dice don Felipe que el término fascio, inventado por Mussolini, recordaba el "haz de flechas que utilizaba el pretor romano como símbolo de su poder". No me suena lo del "haz de flechas". Los fasces eran los haces de mimbre que utilizaban los lictores o funcionarios que precedían a los magistrados en las solemnidades. Los haces de mimbres o varas querían decir que el conjunto era rígido (como la justicia), pero cada una de las varas era flexible (como la equidad). Curiosamente el símbolo de los fasces se conserva en el escudo de la Guardia Civil española. Pero vamos al grano.

Don Felipe realiza un estudio muy atinado de la evolución del fascismo. Parte de su aplicación estricta al movimiento de Mussolini hasta la utilización por el marxismo como una invectiva. Ese es el sentido que ahora domina en España:

Ya no se trata de invocar la pertenencia de un régimen a este sistema político-ideológico, sino más bien, de denigrar a una persona o descalificar un acto, o manifestación de voluntad o de conocimiento. Subjetivamente la "gente de izquierdas" utilizará preferentemente esta expresión para reprochar las actitudes, actos, regímenes o movimientos políticos ubicados a la derecha del espectro político, en tanto que la "gente de derechas" optará por su empleo indistinto para designar cualquier acto que juzgue contrario a la ortodoxia democrática. Ésta es sin lugar a dudas la acepción predominante hoy en nuestros días.

Finalmente se advierte un último desplazamiento semántico hacia cualquier conducta presuntamente contraria al conjunto de lugares comunes, sentencias y adagios que conforman "lo políticamente correcto". Por ejemplo si alguien hoy en día pone en cuestión el acceso al matrimonio de los homosexuales, corre el riesgo de ser tachado acto seguido de "fascista" o "sexista" (neologismo que merece estudio aparte).

El ámbito de "lo políticamente correcto" en su versión occidental constituye un compendio de "verdades incuestionables" que no precisan justificación argumental de ninguna especie, pues su certidumbre se aprehende por sí misma, no precisa razonamiento y es infalible en el sentir popular. Son los conocimientos básicos, prototípicos, y esquemáticos que se difunden y se repiten machaconamente en los medios de comunicación. Su veracidad aparece como "indiscutible" y de hecho no es discutida, porque es comúnmente sabido que quien se atreva a ponerlos en cuestión recibirá la correspondiente reprimenda, que si es difundida por los medios de comunicación, puede acarrear el ostracismo, e incluso la muerte o degradación profesional del "fascista".

Añado que el carácter de dicterio que toma la voz fascista se acentúa con la versión apocopada de facha. Es sabido que el sonido ch se utiliza mucho en español para palabras afrentosas (chacha, muchacho, chalado, chaquetero, chiflado, chinchorrero, chiquilicuatre, chisgarabís, chorizo, chorra, chulo, cochino, gocho, chancho, etc.). Mucho antes de la invención del fascismo por Mussolini, los españoles utilizaban faccioso, el insulto que dirigían los liberales del siglo XIX a los carlistas. La corrupción de facha, popularizada en los años de la Guerra Civil, se aplica como una derivación tanto de faccioso (= rebelde) como de fascista. Recordemos la versión más pura de Unamuno, que llamaba fajismo al fascismo.

José María Navia-Osorio aporta su opinión a la estúpida guerra de las banderas:

El problema de la izquierda con la bandera rojigualda es que ellos tienden a usar la de la República, con la franja morada. No quieren usar la bandera de España, les da como vergüenza y por eso hacen melindres. Nadie les prohíbe que usen la bandera constitucional e histórica pero ¿se atrevería usted a llevar una bandera española en una de esas manifestaciones "espontáneas" ante una sede del PP mientras se grita alegremente que son unos asesinos? A mí me gustaría mucho que sacaran la bandera en sus manifestaciones. Sería como decir "estamos unido en lo principal: somos españoles, pero discrepamos en otras cosas como pueden ser el facilitar el despido de los trabajadores".

Sin embargo, una cosa es cierta. Al menos en Madrid, cada vez se ven más banderas españolas. Claro que de poco vale esa manifestación oficial si la bandera española ha desaparecido de muchas escuelas, de los textos escolares. No es que se haya evaporado la bandera, es que ha desaparecido la idea de España.

Eduardo Fungairiño me envía algunas precisiones sobre la bandera nacional:

Carlos III ordenó (mediados del siglo XVIII) que en todos los navíos de la Armada ondease una bandera que –por su colorido– pudiese distinguirse de los buques de otras naciones. Y eligió los colores rojo y amarillo de la bandera cuatribarrada de la Corona de Aragón (Carlos III vino a reinar a España desde Nápoles, donde reinaba). La bandera española (roja, amarilla y roja, la franja amarilla dos veces la roja) no fue adoptada por el Ejército sino hasta mediados del siglo XIX (¿1843?). Los regimientos de nuestro Ejército utilizaban hasta entonces banderas con distintos colores y en la bandera, como divisa, generalmente las aspas de Borgoña (dos troncos sin desbastar formando la cruz de San Andrés) en recuerdo de Flandes.

Si va usted al Museo de los Inválidos, en París, donde se guardan los trofeos capturados por el ejército napoleónico, verá que no hay banderas españolas (aunque sí las hay británicas, austriacas y prusianas). Y no es porque los franceses no derrotasen a los españoles varias veces en nuestra Guerra de la Independencia (Somosierra, Épila, Espinosa de los Monteros, etc.), sino porque no había entonces banderas españolas que capturar.

Salvador Freixedo aporta una poética letra para el himno de España:

Propongo este himno:

Viva España
tus hijos te proclaman como patria ideal
que nos da libertad,
siempre tendremos orgullo y tesón
para dejar tu nombre en un lugar de honor.

Todos unidos con brío tenaz
para lograr un mundo de progreso y paz.

Siempre juntos
trabajaremos todos por el bien común
bajo tu cielo azul.
Eres España un ardiente crisol
donde se funde unido nuestro corazón.

Continuaremos tu historia inmortal
llevando al mundo entero la fraternidad.

No estaría mal que abriéramos aquí un certamen para ver de elegir una letra aceptable del himno iletrado.

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