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Robert Spencer

Negación en la Universidad de Brown

Una de las debilidades fundamentales de la izquierda es que están seguros de su propia propaganda y, por tanto, ni siquiera tienen el aparato conceptual necesario para ayudarles a levantarse cuando se les deja en evidencia.

"La polémica no impulsa al debate", afirma el Brown Daily Herald en Ignorar el bombo del "Islamofascismo", un despiadado artículo que acusa a los organizadores de la Semana de Concienciación sobre el Islamofascismo de querer "pelea". El editorialista alecciona: "Nos satisface que el debate se celebre a este nivel, no con pancartas y gritos”.

Por supuesto que hubo gritos cuando hablé la pasada semana en Brown, aunque no demasiados, así que el Daily Herald tiene todo el derecho a estar orgulloso. Hubo pocas interrupciones durante la propia conferencia, pese a que había un nutrido grupo de plastas al fondo, uno de los cuales me dijo con rabia en el periodo de ruegos y preguntas que no quería escuchar lo que estaba diciendo. Le aseguré que nadie le obligaba a escuchar nada, y que podía irse cuando quisiera.

El período de preguntas estuvo lleno de sermones con aires de superioridad moral hechos por estudiantes adoctrinados a fondo que no han recibido ninguna formación en el pensamiento crítico y que, de forma bastante predecible, se mostraron profundamente inseguros cuando se cuestionaron sus adoradas ideas, que descansan sobre cimientos intelectuales inseguros e inestables.

Una de las debilidades fundamentales de la izquierda, y de sus aliados supremacistas islámicos, es que están seguros de su propia propaganda y, por tanto, ni siquiera tienen el aparato conceptual necesario para ayudarles a levantarse cuando su deshonestidad e imprecisión quedan en evidencia. Incluso los mejores, cuando preguntaban estaban claramente intentando jugar a pillarme, intentando obligarme a decir algo que pudieran utilizar contra la Semana y el punto de vista que yo represento, en lugar de entablar un verdadero combate intelectual. Esto también es función de lo profundamente que han sido mentalizados, dado que se les ha enseñado que aquellos que se les oponen son moralmente perversos, y ni siquiera saben conceptualizar la posibilidad de que personas de buena fe puedan discrepar con ellos y así tomar parte con ideas, no con peroratas y trampas improvisadas

Pero no esperaba otra cosa y, por supuesto, no padecí nada parecido a la recepción que sufrieron Nonie Darwish y David Horowitz en otras universidades. En general, la histeria, las mentiras sobre la Semana y las intenciones de los organizadores y las tentativas de censurarnos indican lo necesaria que era la Semana, lo amenazada que está la izquierda y sus aliados yihadistas ante la luz que aportamos sobre ellos y señala la hipocresía de su cháchara sobre "intolerancia" y lo vitalmente importante que es que sigamos manteniendo este tipo de presión.

Pero los estudiantes de Brown deberían estar realmente muy orgullosos, considerando la inmensa provocación que tuvieron que aguantar. El editorial dice: "Afortunadamente, a pesar de los comentarios agresivos realizados por Robert Spencer, que dijo en su conferencia aquí el jueves que no cree que 'el Islam sea una religión pacífica', el campus de Brown permaneció en gran parte tranquilo”.

¿En gran parte?

De cualquier manera, esa no es una afirmación que yo ha hecho sin pruebas. Realicé una distinción entre enseñanza y práctica, explicando la vulnerabilidad de los musulmanes pacíficos al reclutamiento yihadista debida al uso por parte de los yihadistas de diversos pasajes del Corán y el Hadith (que cité), expliqué que todas las escuelas de jurisprudencia sunita y chiíta incluyen una doctrina que apoya el conflicto bélico contra los infieles y su subyugación.

Esta fue y es una declaración basada en hechos. Si estos son falsos, el Brown Herald o la comunidad musulmana de Brown deberían refutarme. Cualquiera es bienvenido a hacerlo si puede. He explicado esto (en mis libros y por todas partes) en profundidad, con abundantes citas del Corán y la Sunnah, así como de comentarios islámicos de referencia sobre el Corán y los juristas islámicos.

Pero ellos no lo refutan. Nadie lo ha refutado nunca. En vez de eso, aquí el diario lo trata como si el comentario mismo constituyera incitación a la violencia contra los musulmanes. Y, en una ironía inconsciente, el Herald expresa su alivio porque el campus permaneciera "en gran parte en calma", porque podían haberse producido actos violentos por el hecho de que alguien afirmara que el islam no es una religión de paz.

¡Bien, bravo, estudiantes de Brown! ¡Qué admirable y noble contención! Pero si realmente lo que se quiere es un debate sobre temas importantes, como se dice en este editorial, intentar atacar y despreciar a tu contrincante y darte por satisfecho de que nadie le disparase no es realmente una prueba de la falsedad de sus argumentos. Si se está dispuesto a tomar parte en un debate genuino y una discusión sobre esa cuestión (¿Enseña paz realmente la doctrina islámica?) estoy a su servicio, y volveré a Brown.

Si no se desea tomar parte en ese debate, como parece claro, entonces tened por seguro que nunca os dejaremos ignorar esta cuestión o actuar como si plantearla fuera el equivalente a quemar una cruz en el césped de alguien. Desafortunadamente, aquellos musulmanes que no creen que el islam sea una religión de paz, que son los que más se benefician de la expulsión de esta pregunta del discurso educado, seguirán –sin obstáculo por parte de sus correligionarios pacíficos– cometiendo actos de violencia con el fin de impulsar la causa de la supremacía islámica. Es más que probable que este conflicto nos acabe afectando personalmente y en ese momento el vilipendio del movimiento anti-yihad y su negativa a hacerle frente intelectualmente pueden tener un aspecto muy distinto al que tienen hoy.

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