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Juan Carlos Girauta

Mortadelo, Solón y Paul Johnson

Lo segundo peor que le puede pasar a un país es que lo gobierne un intelectual. Lo primero, que lo gobierne alguien que se toma en serio a los intelectuales y está dispuesto a aplicar sus recetas.

Ahora que Mortadelo y Filemón cumplen cincuenta años, Z debería homenajear a una de sus principales fuentes de inspiración y cultura. Nadie habría de tomar esto como ofensa, maldad o exabrupto. En el concepto de cultura que manejan los progres –que es el de los antropólogos desde la eclosión del estructuralismo– los personajes de Ibáñez no son menos relevantes que Pítaco, Tales o Periandro. Son más relevantes.

Traía precisamente a colación a los siete sabios de Grecia José García Domínguez en cruel parodia de los catorce sabios de Z. Cuenta Carlos García Gual en su recién reeditada joyita de Alianza que Solón de Atenas, legislador y poeta, "no quiso hacerse con la tiranía" y que "evitó la guerra civil", para consignar que "los puntales de su actuación política [fueron]: respeto a la justicia y rechazo de los extremos y los abusos". Clavadito a Z.

Catorce sabios es mucho sabio. "Los mejores intelectuales del mundo" los llamó el ministro Caldera antes de descojonarse de su bromazo. Al carecer de complejos, Z se ve a sí mismo como un Azaña apuesto, favorecido por un mejor contexto. Cuando don Manuel Azaña reclamaba para la inteligencia –en el Ateneo de Madrid, a unos meses de advenir la República– el papel rector de la sociedad, estaba pensando en sí mismo. El actual presidente del Gobierno no va tan allá.; se conforma con una ristra de intelectuales que compartan sus prejuicios anticapitalistas, globófobos, antisemitas, filoislamistas y verderones (de otra calentura, ojo: la del planeta).

El impacto real que van a tener las ideítas de los catorce sabios de Z sobre nuestra sociedad será más o menos el mismo que tuvieron las deposiciones de los sabios de la televisión (aquellos que no tenían aparato) sobre la actual programación de la caja tonta. Afortunadamente. Con más tino y modestia, el partido de los mejores gestores que ha tenido España en democracia ha buscado el consejo... de otros gestores. De hombres de empresa.

Lo segundo peor que le puede pasar a un país es que lo gobierne un intelectual. Lo primero, que lo gobierne alguien que se toma en serio a los intelectuales y está dispuesto a aplicar sus recetas. Si en el bagaje de Z hubiera menos Mortadelo y más Paul Johnson, estaría de acuerdo en esta jerarquía del desastre.

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