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EDITORIAL

Ya nadie recuerda el Prestige

Ahora sabemos que la Xunta encargó un informe que blandir contra los populares y le salió rana, pues les exculpaba; sólo encontraron fallos en la política de comunicación, toda una sorpresa.

Zapatero inició su oposición presentándose como el heredero natural de Aznar, como el Sagasta del Cánovas del PP. Sin embargo, a partir de 2002 comenzó a radicalizarse y a hacer una oposición que tomaba cualquier excusa, por nimia que fuera, para ocupar las calles e intentar quitar legitimidad al Gobierno de Aznar, una táctica que llegó a su paroxismo en la jornada de manipulación del 13-M. A finales de ese año se hundió cerca de las costas gallegas un petrolero, una auténtica basura flotante. Se le echó la culpa al PP. Suso de Toro, el intelectual –es decir, el escritor de izquierdas– de cabecera de Z afirmó que "todas las decisiones tomadas, todas, han sido equivocadas". Se llegó al extremo de que uno de los cortos de Hay motivo se dedicaba a homenajear al capitán del barco. Como sucediera con el 11-M, se exculpó a los culpables. El malo, siempre, era el PP.

Ahora sabemos que la Xunta encargó un informe que blandir contra los populares y le salió rana, pues les exculpaba; sólo encontraron fallos en la política de comunicación, toda una sorpresa. Los remedios de PSOE y BNG de llevar el barco al puerto de Vigo o a la ría de Corcubión hubieran sido peores que la enfermedad de alejarlo. Pero en lo que a propaganda se refiere, son unos maestros. Al PP jamás se le habría ocurrido echar la culpa del desastre al partido de la oposición por algún motivo absurdo, para que este perdiera el tiempo defendiéndose y no atacando, como sucediera con los incendios en agosto de 2006 y la imaginada "trama" de los populares para quemar Galicia.

Pero ya nadie recuerda ni el Prestige ni la marea negra de mentiras contra el PP. Y menos que nadie, el colectivo Nunca Mais, que en vista del decreciente éxito de sus convocatorias y de la toma de conciencia de que nunca fue otra cosa que una correa de transmisión de sus amos políticos, ha dejado de convocar concentraciones de protesta en recuerdo de aquel desastre. Y es que hay demasiados para quienes los desastres sólo con culpa del Gobierno cuando está la derecha en el poder.

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