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Juan Carlos Girauta

Maragall miente

Lo torticero y mendaz de su postura se resume en esta frase, que pretende responder a lo que nadie ha afirmado: "El catalán no es ningún obstáculo para que nuestros chicos y chicas dominen el castellano". Por supuesto que el catalán no es ningún obstáculo

No me refiero al ex presidente de la Generalidad, cuyas verdades respecto al error del Estatut, a la necesidad de haber instado la reforma constitucional antes de perpetrarlo y a los manejos de Z y Mas, que decidieron el futuro de don Pasqual, sentaron como un tiro en el PSC. Tan mal sentaron que se acabó filtrando una información sobre su salud cuya revelación sólo a él correspondía administrar.

Me refiero al hermanísimo Ernest, conseller de Educación de Montilla y Carod. Miente sobre las intenciones ajenas, que ya es mentir, pues lejos de "excitar el miedo", como él sostiene, lo que el Partido Popular se ha propuesto es defender derechos y libertades conculcados a diario en Cataluña. Le asisten al PP las leyes y los tribunales. No hay ley, empezando por la Constitución, que ampare la erradicación del castellano de la escuela. Y no hay escuela catalana que ofrezca a los padres la posibilidad de escoger la educación de sus hijos en castellano, lo que supone un incumplimiento generalizado de sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Sigue mintiendo el conseller sobre las intenciones del PP cuando acusa a ese partido (¡que es el partido de muchos catalanes!) de "jugar con los sentimientos... de los catalanes". Aquí los del miedo y los de la manipulación sentimental son ustedes, don Ernest, su Gobierno de separatistas enloquecidos y de socialistas nominales, viejos niños bien camuflados entre viejos niños mal a fin de que el proceso jamás se les vaya de las manos a los de siempre.

Un proceso que es transhistórico, ¿verdad, conseller? Por eso desconoce las leyes y las sentencias, naderías que han de ceder ante el sueño de su abuelo o la pesadilla de sus socios, que viene a ser lo mismo. Lo torticero y mendaz de su postura se resume en esta frase, que pretende responder a lo que nadie ha afirmado: "El catalán no es ningún obstáculo para que nuestros chicos y chicas dominen el castellano". Por supuesto que el catalán no es ningún obstáculo. Es una lengua tan nuestra como el castellano. El obstáculo son ustedes, sus políticas ilegales, su violación de sentencias, sus sanciones lingüísticas a los comercios y sus profesores/comisarios para el recreo.

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