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Gary S. Becker

Globalización y desigualdad

Un mayor intercambio internacional reduce las desigualdades de ingresos en los países en desarrollo.

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que la mayor globalización de las últimas dos décadas contribuyó mucho al aumento de la desigualdad tanto en los países desarrollados como en los menos desarrollados. Los medios informaron de que ese estudio daba armas a los enemigos de la globalización y que se trata de una admisión del FMI sobre las desventajas de la globalización. Sin embargo, una cuidadosa revisión del mismo nos aporta una evaluación optimista de los efectos de la globalización en los países en desarrollo.

El informe analiza lo sucedido con los ingresos y la desigualdad en más de 50 países, concluyendo que todos lograron aumentos considerables en su ingreso per cápita desde comienzos de los años 80. Aunque el aumento fue positivo en los diferentes niveles de ingresos, incluyendo los más bajos, el crecimiento no fue uniforme. Los ingresos aumentaron más entre la gente con más habilidades y aquellos que ganan más, lo cual implica que la desigualdad tendió a aumentar en los países en desarrollo.

Para explicar estos resultados, los autores dividen los efectos de mayor globalización en mayor intercambio comercial, más inversiones extranjeras y más transferencia de tecnologías modernas. Concluyen que estas tres dimensiones de la globalización tienden a aumentar el ingreso per cápita de los países desarrollados y también en los países en desarrollo. La teoría del comercio internacional explica que éste aumenta las ganancias de los trabajadores menos especializados en los países pobres porque las naciones ricas quieren importar productos como los textiles cuya fabricación requiere de grandes cantidades de estos empleados. El informe confirma un punto fundamental de la teoría del comercio: un mayor intercambio internacional reduce las desigualdades de ingresos en los países en desarrollo.

Sin embargo, el efecto más poderoso de la globalización en las desigualdades de ingresos es causado por las transferencias de tecnología. La evidencia en las economías desarrolladas es que las tecnologías modernas, como los ordenadores e internet, favorecen a los trabajadores con más educación; en términos económicos, estas tecnologías favorecen a los mejor entrenados. Este resultado del progreso tecnológico se utiliza para explicar la creciente diferencia en ingresos entre los graduados universitarios y todos los demás durante los últimos 30 años en Estados Unidos. Y no sorprende que la investigación del FMI encuentre la misma tendencia en el mundo en desarrollo. Es decir, las inversiones extranjeras han aumentado las diferencias de salarios en los países en desarrollo. Sin embargo, el informe indica que los efectos en desigualdad producidos por las inversiones extranjeras y la liberalización de los mercados son menores que los producidos por las transferencias de tecnología.

¿Es esa mayor diferencia en los ingresos un efecto positivo o negativo de la globalización? El informe deja claro que los más pobres y menos educados también se han beneficiado de la globalización, pudiendo gastar más en alimentos, vivienda, salud, automóviles y otros bienes que desean. Esa mejora del bienestar de los más pobres se debe incluir en los beneficios de la globalización.

La mayor diferencia en ingresos según el nivel de educación significa que aumentó el rendimiento de lo invertido en esa educación. Los opuestos a la globalización no criticarían que ésta aumente el rendimiento del capital que pertenece a inversores nacionales. Entonces, ¿cómo pueden criticar un mayor rendimiento del capital humano debido a la globalización? Un mayor rendimiento de las inversiones en maquinarias y en capital humano significa que la economía es más productiva, lo cual beneficia tanto a los países ricos como a los pobres.

Sin embargo, muchos intelectuales y políticos latinoamericanos y africanos critican la globalización y sus resultados. Pienso que los países en desarrollo donde hay más protestas contra la globalización son también aquellos donde más ha fallado la educación. Un mayor rendimiento de lo invertido en educación no mejora el bienestar en países donde los pobres no tienen acceso a estudios de bachillerato y mucho menos a la universidad. Tanto el informe del FMI como otras investigaciones demuestran que la globalización no es la causa de estos problemas, sino que, por el contrario, son los países en desarrollo los que tienen la responsabilidad de hacer un mayor esfuerzo para que los hijos de familias pobres tengan un mayor acceso a más y mejor educación. Sólo así los pobres podrán beneficiarse de la mayor rentabilidad de la educación que aporta el intercambio comercial y la llegada de tecnologías modernas y capital extranjero a su país.

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