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Thomas Sowell

Ya está bien de "marcar la diferencia"

"Marcar la diferencia" sólo tiene sentido si se está convencido de tener un dominio tal de la materia entre manos que cualquier diferencia que uno pudiera suponer sería para mejor.

Entre los muchos mantras estúpidos de nuestros días, "marcar la diferencia" y "devolver algo" me irritan como una tiza que chirría en la pizarra.

Me asustaría mortalmente "marcar la diferencia" en la manera en que los pilotos pilotan aviones comerciales o en la que operan los neurocirujanos. Cualquier diferencia que yo pudiera suponer sería mortal para mucha gente. Y es que "marcar la diferencia" sólo tiene sentido si se está convencido de tener un dominio tal de la materia entre manos que cualquier diferencia que uno pudiera suponer sería para mejor.

Muy pocas personas han llegado a dominar así de bien algo que esté más allá de su propio círculo limitado de conocimientos. Hay incluso menos gente aún que haya llegado siquiera al extremo de reflexionar sobre ello. Pero raro es el día en que las noticias no nos informan sobre algún entrometido mal informado implicado en una u otra causa.

Hasta los actos más simples tienen ramificaciones que se extienden por la sociedad de la misma manera en que se forman ondas en un charco cuando se tira una piedra en él.

Entre aquellos que marcan la diferencia sirviendo comida a los sin techo, ¿cuántos han tomado en consideración la historia de las sociedades que han facilitado la inactividad de grandes cantidades de personas? ¿Cuántos han estudiado el impacto que tienen los alcohólicos y drogadictos sobre otras personas en su propia sociedad, incluyendo los niños que caminan entre sus agujas en el parque, si es que se atreven a ir?

¿Cuántos han considerado siquiera relevantes estas preguntas mientras tiran su piedra al charco sin pensar en las ondas que se propagan en dirección a otras personas? Puede que algunos aún siguieran haciendo lo que hacen aunque pensaran en ello. Pero eso no significa que reflexionar sea una pérdida de tiempo.

"Devolver algo" es otro mantra estúpido del mismo jaez. He donado dinero, libros y sangre a personas a las que nunca he visto y a las que no debo nada. Tampoco es eso algo inusual entre los norteamericanos, que practican estas costumbres más que ningún otro pueblo sobre la Tierra. Pero no estamos "devolviendo" nada a esas personas porque, para empezar, nunca les hemos pedido nada.

Si lo que hacemos es devolver algo a la sociedad en conjunto, a cambio de todo lo que esa sociedad ha hecho posible por nosotros, entonces nos encontramos ante un juego muy distinto. En ese sentido, devolver significa reconocer que tenemos una obligación para con aquellos que estuvieron aquí antes que nosotros y para con las instituciones y valores que hacen posible nuestra prosperidad. Pero hay muy poco de ese espíritu de gratitud y lealtad entre muchos de aquellos que nos instan a "devolver".

De hecho, muchos de los que repiten el mantra de "devolver algo" desprecian ideas como el patriotismo o como que las instituciones y los valores de la sociedad norteamericana han logrado cosas valiosas y merecen su apoyo en lugar de sus esfuerzos por sabotearlas. Nuestro sistema educativo, desde el colegio hasta la universidad, está destruyendo con alborozo cualquier sentido de lealtad para con las tradiciones, instituciones y valores de la sociedad americana. No están "devolviendo" nada aparte de condenas, con frecuencia pintando pecados que son comunes a toda la raza humana como males particulares de "nuestra sociedad".

Un ejemplo clásico es la esclavitud, que es metida en nuestras cabezas a base de repetir –en las escuelas y en los medios– como algo que sólo practicaron los blancos a los negros y sólo en los Estados Unidos. Pero la trágica realidad es que, durante los miles de años de los que tenemos registros históricos, los pueblos de todas las razas y colores han sido tanto esclavos como esclavizadores. Sólo los europeos esclavizados en las costas marroquíes del norte de África fueron mucho más numerosos que todos los africanos traídos a Estados Unidos y a las 13 colonias a partir de las cuales nació este país.

Lo que hace única a la civilización occidental es que fue la primera en revolverse contra la esclavitud y en abandonarla de manera tajante no sólo en sus propias sociedades, sino obligar a que muchas otras por todo el mundo lo hicieran también durante la era del imperialismo occidental. Ese proceso llevó bastante más de un siglo, porque las sociedades no occidentales se resistieron. Los blancos, al igual que los negros, aún eran comprados y vendidos como esclavos décadas después de que la abolición de la esclavitud liberase a los negros en los Estados Unidos.

Aquellos que quieren "devolver algo" deberían devolvernos la verdad. Es una deuda que hace mucho que debería haberse pagado.

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