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Víctor Llano

¿Qué decidirá Zapatero?

La trola eterna. La barbarie no podía durar. Y ha durado muchos más años de los que me quedan por vivir. Por fortuna, gran parte de ellos los he vivido en España. Es lo que quiere el ex diplomático castrista, respirar.

El número dos de la embajada cubana en Mozambique ha pedido asilo al Gobierno de España. No le apetece mucho regresar a la Isla de los cien mil presos. La justicia robolucionaria le ha citado para preguntarle por sus relaciones con la disidencia y el diplomático prefiere no tener que contestarles. A Lorenzo Menéndez le consta que este tipo de trámites casi siempre acaban en una acusación de trabajar para una potencia enemiga y en una condena de muchos años de cárcel.

Vamos a ver qué decide el presidente por accidente. Como hoy se le advierte desde el editorial del diario El Mundo, la disidencia cubana insiste, aunque sin mucha confianza, en llamar a su puerta. Nuestro embajador en La Habana se la cierra. Pronto sabremos si Moratinos se la abre en Madrid. A estas horas ya tenía que haber protegido a Lorenzo Menéndez, que está convencido de que los agentes de Castro en España no tardarán en contactarle e intentar que "recapacite".

Antes de escapar de los que le vigilaban cuando camino de su país realizó una escala en París, el régimen de los hermanos Castro acusaba al que hasta ayer era su diplomático de violar gravemente la disciplina que ha de observar todo hombre de su confianza. Ahora también le pueden acusar de desertor del paraíso comunista. ¿A quién se le ocurre? ¿Cómo se pueden despreciar los logros de la Robolución? ¿Qué necesidad tenía Lorenzo Menéndez de avalar el trabajo de un médico no afecto? ¿Por qué quiere ser libre? Es un mal ejemplo. Y si quien puede no lo impide, lo pagará cuando la justicia que ayudó a informatizar Ibarretxe le condene a veinte años de cárcel.

Este martes la Audiencia Nacional tratará de justificar por qué no procesa a Castro por genocidio. Nadie se sorprenderá. ¿A quién le importa el sufrimiento de los cubanos? Mejor esperar a que muera el jefe de sus verdugos. Más ahora que parece que ya le queda poco. Lo que vengo escuchando desde que tengo memoria. La trola eterna. La barbarie no podía durar. Y ha durado muchos más años de los que me quedan por vivir. Por fortuna, gran parte de ellos los he vivido en España. Es lo que quiere el ex diplomático castrista, respirar.

No sé qué decidirá Zapatero. Decida lo que decida no puede demorarse. Los perros del amo no se olvidarán de Lorenzo Menéndez. No le perdonarán que no se conforme con que enseñen a su hija a ser como el psicópata extranjero que más cubanos fusiló. Le ha pedido asilo humanitario al Gobierno de España. No a Carlos Alonso Zaldívar. En Madrid y al Gobierno de España. ¿Se lo concederá? ¿O, como hace su embajador en La Habana, le cerrará la puerta al sufrimiento ajeno?

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