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José Vilas Nogueira

No doy propinas; exijo mi recompensa

Una retribución simbólica me es debida. Me conformaría con uno de esos anuncios de publicidad institucional: "Haga como Pepe Vilas. No dé propinas. Gobierno de España." (Ni siquiera pido que me pongan la foto.)

Pedro Solbes, ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno, ha explicado las causas de la subida de la tasa de inflación, que tiene alarmada a mucha gente, aunque no a su presidente Zapatero, que sigue habitando el feliz mundo de Alicia, que diría el profesor Gustavo Bueno. Pero Solbes, político con tan dilatada experiencia en la gestión económica, nacional e internacional, debe saber de estas cosas. Según esta autoridad, entre las causas de la elevada tasa de inflación está la generalizada manía española de dar generosas propinas. Una mente simplista entendería que como la tasa de inflación ha subido abruptamente el último año en parecida proporción habrá subido el importe de las propinas. Sin embargo, un amigo camarero me dice que no; que los clientes cada vez son más tacaños, y que la propina está más demodée que el charlestón. No cuestionaré los argumentos del experto económico en base a la experiencia de un vulgar camarero, que sería innoble agravio para político de tanta prosopopeya.

Otro es mi propósito. Pues, estando muy en su punto la regañina de Solbes a sus administrados por su comportamiento manirroto a la hora de dar propinas, sería de equidad que fuésemos recompensados los que nos atenemos estrictamente a pagar el precio justo. Yo no doy una propina aunque me aspen. Pensarán los lectores irreflexivos que esto no tiene mérito. Se equivocan: no saben la determinación y el coraje que se necesitan para resistir este pernicioso hábito. Por consiguiente exijo una recompensa. No en metálico, claro, no fuese a subir más la tasa de inflación. Pero una retribución simbólica me es debida. Me conformaría con uno de esos anuncios de publicidad institucional: "Haga como Pepe Vilas. No dé propinas. Gobierno de España." (Ni siquiera pido que me pongan la foto.)

Solbes admite que el aumento de la tasa de inflación no se debe únicamente a las propinas. Hay también otras causas: el petróleo y el incremento del precio de algunos productos básicos (el petróleo no debe ser producto básico). Total, que según el sabio económico del Gobierno la inflación ha subido porque han subido los precios. Como las tasas de inflación se determinan sobre índices de precios no podría ser de otro modo. Esto ya lo dijo hace muchos años Perogrullo, un sabio antecesor del sabio Solbes. La cuestión que importa, a la que ni el uno ni el otro responden, es ¿por qué suben los precios? ¿No tendrán nada qué ver en ello los escandalosos niveles de gasto consuntivo del Gobierno y la Administración estatales y de los (con pocas excepciones) Gobiernos y Administraciones autonómicas? Por no hablar de patentes despilfarros: megalómanas obras inútiles, costosas campañas de lavado de cerebro de la población para convertirlos en dóciles borregos de los pastores socialistas-nacionalistas, ejércitos crecientes de parásitos mantenidos como "asesores" de los responsables políticos, etc., etc.

Como ilustración, y para terminar, les cuento un episodio de estos días. La Consejera de Sanidad de la Junta de Galicia, correligionaria de Solbes, en el Gobierno de coalición con los nacionalistas soberanistas del Bloque, ha decidido emplear un buen puñado de millones para sustituir las batas del personal sanitario y los pijamas destinados a los enfermos. Estarían viejas las anteriores, pensarán ustedes. Pues, no; el problema estaba en el bordado. Llevaban el anagrama SERGAS. Ahora llevarán la inscripción completa: Servicio Galego de Saúde. En la eventualidad de tener que ingresar en el hospital, no vean la tranquilidad que me produce este adelanto.

Los consumidores de café, según Solbes, no han interiorizado el valor del euro. Nuestros gobernantes no lo necesitan; han interiorizado los valores de los bandoleros de Sierra Morena.

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