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Amando de Miguel

Cuestiones de alta gramática parda

Es cierto que lo de my name is… corresponde a una expresión inglesa y que lo castizo es decir “ me llamo…”. Pero tampoco hay que hilar tan fino. Realmente, yo no me llamo Amando de Miguel; más bien así me llaman.

Creo que me quedé corto con lo de la escasez de diminutivos a partir de formas verbales. Eduardo San Juan me envía una perla zaragozana: te lo jurico, oído a una moza baturra. En Zaragoza dicen que “no es lo mismo una docena de ostricas que una docenica de ostras”. Ellos sabrán por qué.

Gabriel Ter-Sakarian me recuerda una canción de los años cuarenta que hablaba de Julio Romero : “Dímelo tú puentecito, puente de San Rafael, dime por qué caminito se lo han llevaíto para no volver”. Y esta otra jota aragonesa: “Pajarito, ya te han cortadito la rama, pajarito lisonjero”

A. Rodríguez Gallardo aporta unos cuantos diminutivos andaluces derivados de formas verbales: Odiatito, amadito, comidito, corridito, pintadito, verificadito, crucificaíto.

Los diminutivos constituyen un género fascinante en el español. Véase, por ejemplo, esa medida del tiempo mínimo que es el segundín. En el trámite de impresos y formularios a uno no le suelen pedir la firma, sino una firmita.

Luis Lebredo (Redlands,California, USA) me dice que en América es bastante corriente meter el diminutivo en los participios. Me cuenta que una vocera del presidente Chávez, en la noche electoral, declaró que “el recuento de los votos se ha demoradito un poco”.

Juan Manuel Pereira Pombo me recuerda que, en una comida, hace un par de decenios, dije yo que lo de la “x” y la “s” era una complicación tonta, por lo que debería suprimirse la “x”. Por lo visto, don Juan Manuel me dijo entonces que no es lo mismo espirar que expirar. La verdad es que no recuerdo esa conversación, ni me parece que yo haya sostenido en serio que se debe suprimir la “x”. Ya ve, siempre escribo México. Lo de espirar y expirar me recuerda una anécdota de Jacinto Benavente, escritor de renombre y que hoy hubiera pasado por gay. Se le acercó una dama y le saludó con este piropo:

-    Don Jacinto, hermosa cabeza pero sin sexo.

-    A don Jacinto le faltó tiempo para reconocer la ironía del famoso verso (“hermosa cabeza pero sin seso”) y le contestó con el siguiente:

-    Le dijo la zorra al busto.

Pues no. La “x” no se debe suprimir. Y si dije lo contrario en una cena, mi opinión es ahora otra. Resulta útil que podamos seguir distinguiendo entre lo esotérico (= oculto, impenetrable) de lo exotérico (= diáfano, accesible a todos), aunque solo sea para jugar con las palabras.

A. Rodríguez Gallardo refuta mi afirmación de que los sonidos erre y eñe son peculiares del español y proceden del vasco. Es tan documentado su alegato que me ha convencido. Ahora veo claro que, como demuestra mi comunicante, esos sonidos están presentes en muchos idiomas europeos. A don A. le molesta mucho la costumbre de decir “mi nombre es” cuando lo que se trata es del apellido. Este es su juicio: “uff, qué basura anglófila… mal que le pese a D. Amando Excelso inglés”.

Es cierto que lo de my name is… corresponde a una expresión inglesa y que lo castizo es decir “ me llamo…”. Pero tampoco hay que hilar tan fino. Realmente, yo no me llamo Amando de Miguel; más bien así me llaman. Por otra parte, el nombre estrictamente sería el “propio” o “de pila”, lo que en inglés es el first name (= primer nombre). Lo que le sigue es el apellido. Tanto el nombre de pila como los apellidos nos los pusieron sin consultarnos. Por eso a veces resultan más auténticos o personales los apodos, los hipocorísticos o los seudónimos. En su día utilicé el seudónimo de Maverick. Quién me iba a decir que, andando el tiempo, iba a residir en San Antonio de Texas. Un tal Maneu Maverick es el que dio carta de naturaleza a la idea de maverick (= res sin dueño, persona independiente). Don Samuel poderoso terrateniente, fue en su día alcalde de San Antonio de Texas. Una sincronicidad más.

Gustavo Laterza (Asunción, Paraguay) argumenta que los gentilicios se dicen normalmente en plural (los españoles, los franceses, etc.), pero se debe decir “los azteca”, “los guarán”, “los maya”, “los inca”, etc. No estoy de acuerdo. Ese posible rasero implica una suerte de discriminación para las culturas americanas; cuando se les quita el plural, parece que se les recorta la dignidad. Ya de paso, recuerdo lo de “los talibán” o “los tuareg”, expresiones que apoyan en que talibán o tuareg  son ya plurales. No me sirve. Al hablar en español no hay por qué aplicar las reglas gramaticales de otras lenguas para establecer el plural. Así pues, no tengamos empacho en decir “los talibanes” o “los tuaregs”. Las reglas gramaticales sirven también para respetar a dignidad de las personas o de las culturas.

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