Desde el pasado fin de semana hemos comenzado a ver los monoplazas que disputarán el Mundial de Fórmula Uno de 2008. Por lo menos, ya sabemos el aspecto aproximado que tendrán los que serán sin ninguna seguridad los principales aspirantes a los dos títulos mundiales: Ferrari y McLaren.
Pero no nos engañemos. Este tipo de presentaciones se realizan para satisfacer a los patrocinadores que invierten una gran cantidad de dinero en los equipos y también para los medios de comunicación que tras más de dos meses ya comienzan a tener mono de competición. Además, estos coches puede que tengan un aspecto renovado en algunas cosas, sobre todo en la aerodinámica –que es lo que más salta a la vista– aunque no hay duda de todo eso irá cambiado y no sería mala idea comparar los coches que se nos presentan estos días con los que estarán listos en la cita del GP de Australia. Probablemente nos daremos más de una sorpresa.
Aunque parecía bastante claro que De la Rosa no sería el acompañante de Hamilton en McLaren –cosa que se puede achacar al dinero– para el español comienzan unos días clave para el desarrollo del nuevo MP4/23. Desde este mismo miércoles inicia su particular carrera y volverá a demostrar, como ya lo ha hecho en los últimos años, la gran importancia de ser un piloto de pruebas en una de las dos escuderías más importantes de la Fórmula Uno.
La próxima semana será el turno para Fernando Alonso. Según los planes, el asturiano estará en el circuito de Jerez desde el lunes 14 hasta el miércoles 16 y es probable que le espere mucho trabajo por delante. Tras los muy discretos resultados de 2007, lo que necesita Renault es una auténtica revolución en su escudería tanto en el desarrollo del motor pero sobre todo de la aerodinámica, un "detalle" imprescindible para el éxito de cualquier monoplaza. Experiencia la tiene de sobra. Ahora lo que le hace falta es esperanza en el material que recibe de manos de los ingenieros.
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