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Agapito Maestre

Populismo económico

A pesar de que los datos fundamentales de esta crisis se conocían hace tiempo, el Gobierno ha preferido ignorarlos unas veces, y otras no ha sabido qué hacer para corregirlos.

Rodríguez Zapatero no es un patriota sino un populista. En su intervención en el Foro de Nueva Economía, Zapatero ha vuelto a mostrar su verdadero rostro de político populista, es decir, persona al margen de la realidad social y económica, y obsesionada por la propaganda referida a cómo engañar al "pueblo" para conseguir su apoyo en forma de voto. Su populismo es extremo, primero, porque niega las tendencias de crisis de la economía española y, segundo, porque elude cualquier responsabilidad allí donde pudieran existir algunas grietas en nuestra economía. Las culpas siempre son ajenas a la política de su gobierno.

Nada diré de su consejo a la oposición para que ejerza su "patriotismo" en el ámbito de la economía, es decir, que diga que nuestra economía es la mejor del mundo, porque eso ya no pertenece al ámbito de lo opinable sino de la constatación de la peor acción demagógica posible en un político: comparar lo incomparable. ¡Qué tendrá que ver la realidad de la crisis económica con una sana noción de patria que deberíamos defender todos los españoles! Resulta grotesco que hable de patriotismo económico quien ha entregado hace unos meses Endesa, una empresa importante española, al Gobierno italiano.

Por fortuna, parece que nadie en su sano juicio político, excepto Zapatero, puede negar la deriva de nuestra economía hacia una crisis económica, que ya está repercutiendo de forma negativa en las economías domésticas. La prueba evidente de ese declive económico es la coincidencia entre los diagnósticos de la crisis de los ciudadanos de a pie con los análisis pesimistas de los expertos más inteligentes y a partidistas de España. A pesar de que los datos fundamentales de esta crisis se conocían hace tiempo, el Gobierno ha preferido ignorarlos unas veces, y otras no ha sabido qué hacer para corregirlos, y siempre ha optado por ocultar ideológicamente, o sea, con engaños y falsedades, las deficiencias del ámbito económico de nuestro país durante toda la legislatura.

Zapatero, sin embargo, no ha podido finalmente dejar de reconocer en este Foro que existen algunos datos que podrían situarnos ante una crisis económica, que según él no debería exagerarse. En cualquier caso, y aquí es donde aparece de modo descarado su rostro más populachero, esas tensiones actuales de la economía nunca proceden de la existencia de problemas españoles. ¡Cuántas veces habremos escuchado al votante barrigón del PSOE qué las crisis económicas siempre vienen de fuera! ¡Cuántas veces se nos han removido las entrañas al oír decir al salvaje político que la economía es cosa sólo y exclusivamente del precio del petróleo! ¡Cuántas veces las paparruchadas populistas de los socialistas han culpado de todos nuestros males económicos a la situación mundial! Pues esa es, una vez más, el arma principal que utilizará el PSOE en la campaña electoral: "Apenas hay crisis económica; pero si existiera alguna tensión, el culpable es la situación mundial." O sea, nadie. O peor, el PP.

Ahí está contenida la máxima populista del programa electoral del PSOE. Ahí está contenido su principal objetivo para arrollar al PP el 9 de marzo. Ahí reside el principal asunto que critica toda la prensa europea: España es una "amenaza" para la estabilidad del euro.

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