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Amando de Miguel

Nacionalistas taciturnos y dañinos

Alguien del público preguntó si la adopción de un impuesto de sociedades muy reducido (12%) podría explicar también el extraordinario desarrollo irlandés. El conferenciante respondió: "Puede ser, pero el estudio no lo ha tenido en cuenta".

Pedro Campos razona (es un decir) que lo de la "Reina Saviesa es una estupidez como hace tiempo no leía". Por lo que parece, don Pedro no captó la ironía de esa propuesta. Ya se sabe que el nacionalismo está reñido con el sentido del humor. Añade tronante don Pedro: "Por mucho que se cure en salud alegando su afecto por la lengua catalana, la desprecia usted inmensamente (lo mismo que a la vasca) al pretender arrinconarla a un uso familiar". Ni pretendo arrinconar el catalán en el estricto uso familiar, ni desprecio esa lengua, que es parte de mi legado nacional. Lo que digo es que, si dejamos la política lingüística en manos de los Pedro Campos, la lengua y la cultura catalanas perderán peso específico en el mundo. Sería algo preocupante.

Pedro Campos vuelve a la carga. Me espeta: "Definitivamente, lo suyo no es el estudio de la lengua... Se inventa usted algo imposible en castellano, ese horrendo castíguesemelo". Cité ese ejemplo de modo enfático, pero no creo que sea imposible. Lo recuerdo del estudio de la gramática en el Bachillerato. Estoy dando un curso sobre "Lengua, Literatura y Sociedad" y escribiendo un libro sobre "El habla de los españoles". Llevo publicados cerca de 3.000 artículos en este rinconcito libertario de las palabras. He publicado tres novelas y tengo otras tantas inéditas. Voy a tener que replantearme la vida para que se quede tranquilo don Pedro. En adelante me voy a dedicar a la Psiquiatría. A veces me asalta la idea de que este consultorio de las palabras realmente es un consultorio psiquiátrico. Bueno será, si alguien se tranquiliza insultándome.

Manuel Novo se irrita por mi atrevimiento de referirme al idioma gallego en el apartado de "hablas regionales". Amenaza mayestático don Manuel: "Es un desprecio que no le toleramos de modo alguno". Pido perdón, pero no era mi intención despreciar a nadie. Entiendo que todos los idiomas tienen su parte de "habla" corriente, popular, que es la que aquí más interesa. Los gallegos hablan el castellano con la natural influencia que supone el patrimonio del idioma privativo de su región, que es el gallego. Pero es que los castellanos desplegamos también un modo particular de hablar a pesar de que en nuestra región no haya más idioma que el español. No sé por qué se puede ofender nadie con esos hechos. Claro que la frase de don Manuel es todo un prodigio de españolidad: "Es un desprecio que no le toleramos en modo alguno". Parece declamar un personaje de Lope de Vega. Es una pasión digna de mejor causa. Créame, don Manuel, así no va a defender usted bien la causa de su idioma ancestral. Todos los idiomas son también habla, excepto el latín o el esperanto, que pertenecen a una categoría especial.

Un libertario (no quiere ser divulgado su nombre) me cuenta una pequeña experiencia cuando trabajaba en la Consellería de Innovación e Industria de la Xunta de Galicia. Según me cuenta, la tal Consellería es "propiedad" del BNG. Como tal funcionario, tuvo la obligación de asistir a una conferencia "para llenar la sala". La conferencia se titulaba: "Galicia vs. Irlanda. Cambio económico e desenvolvemento da sociedade da información". La tesis de la conferencia [a pesar del "vs".] era que Galicia debía adoptar el modelo irlandés como ejemplo de desarrollo en las tecnologías de la información. Se ponía como ejemplo que "el idioma inglés facilitaba las relaciones a nivel internacional entre las empresas y que también facilitaba el intercambio entre las universidades de USA e Irlanda". Pero la extraña conclusión de todo esto era que "había que potenciar el gallego como idioma vehicular" de la enseñanza. Alguien del público preguntó si la adopción de un impuesto de sociedades muy reducido (12%) podría explicar también el extraordinario desarrollo irlandés. El conferenciante respondió: "Puede ser, pero el estudio no lo ha tenido en cuenta". Creo que la historia es tan entretenida que me ahorra cualquier comentario. Yo no lo veré, pero, después de una generación de gobiernos nacionalistas, el bienestar de Galicia, el País Vasco y Cataluña va a sufrir un sensible deterioro. En cuyo caso todos los españoles vamos a sufrir.

Jesús Laínz me cuenta el caso de un concurso para seleccionar médicos pediatras en los hospitales públicos del País Vasco. El baremo es así de caprichoso: conocer el euskera: 16 puntos; conocer el inglés: máximo 2 puntos; todas las publicaciones científicas y ponencias y congresos: máximo de 4 puntos; todos los posibles cursos recibidos: máximo de 6 puntos; ser catedrático de Universidad en la materia: 1,20 puntos. Dejo al lector que saque sus consecuencias. ¿Se comprenderá ahora que el País Vasco haya dejado de ser la región más avanzada de España?

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