Menú
Carlos Semprún Maura

Lluis Bassets, prohibido en el metro

Menos mal, para los usuarios, que la propaganda de Courrier International ha sido sustituida por un anuncio de sostenes y braguitas.

La semana pasada, Le Monde quiso montar un miniescándalo con la complicidad de los medios progres para hacerse publicidad. No lo logró. La excusa consistió en que la gestora publicitaria de la RATP (metro y autobuses parisinos) se había negado a pegar un cartel de propaganda de Courrier international que ponía: "Visto desde Madrid, Sarkozy es un enfermo grave." La norma de la empresa es evitar carteles demasiado agresivos, se trate de política, diplomacia, pornografía o religión.

El "Correo Internacional", del grupo Le Monde, es un semanario que publica una selección de artículos traducidos del mundo entero. Dicho sea de paso, yo también he sido víctima de ese semanario, pero como no lo leo no sé exactamente cuántas veces. Sólo me entero cuando me avisa un amigo, y hasta la fecha he leído tres "reproducciones" de artículos míos, que estaban pésimamente traducidos. Me pregunto si ese semanario tiene derecho a publicar, sin pedir permiso y sin pagar, los artículos que les salgan de las narices. Consultaré con mi abogado. El caso es que el autor de los insultos a Sarkozy es Lluis Bassets, de El País, y como el diario es accionista de referencia de Le Monde todo queda en familia (mafiosa). Menos mal, para los usuarios, que la propaganda de Courrier International ha sido sustituida por un anuncio de sostenes y braguitas.

En el mismo número de Le Monde (21 de febrero), Edouard Balladur publica un excelente artículo: 2008, año decisivo. Y aquí pasamos a cosas serias. Balladur es el único político francés que se declara liberal, exceptuando al desgraciado Alain Madelin. Tuvo la osadía de enfrentarse a Jacques Chirac en 1995 en las presidenciales y Nicolas Sarkozy fue uno de sus lugartenientes en aquella aventura fallida.

Los papeles han cambiado, el joven lugarteniente es presidente y el ex candidato se autoriza a aconsejarle, criticarle y, sobre todo, animarle a proseguir las reformas. Este es el aspecto más importante de su artículo, cuando insiste en que Sarkozy, pese a los malos sondeos, incluso si los resultados de las municipales no fueran favorables, debe proseguir por la vía de las reformas porque es crucial y absolutamente necesario para Francia. Afirma estar convencido de que Sarkozy es muy capaz de seguir reformando y que el resultado se verá al final de su mandato, pero que este año 2008 es decisivo, porque tendrá que notarse el cambio.

Demostrando simpatía y su habitual prudencia, también le aconseja mayor reflexión en sus incesantes declaraciones y propuestas y que cese la cacofonía de sus consejeros, que hablan por los codos sin consultar ni al Gobierno ni al Parlamento. En este sentido, toda la prensa ha comentado este lunes el exabrupto del presidente en la Feria de Agricultura, cuando un campesino (o un visitante, no estoy seguro) se negó a estrecharle la mano "para no ensuciarse". Sarkozy le espetó: "¡Pues lárgate, pobre imbécil!" (en realidad, pauvre con es algo más fuerte). Pues a mí me hizo gracia como lo dijo, todo sonriente, y me recordó, por más que las situaciones tengan poco que ver, con aquel famoso "¿Por qué no te callas?"

En Internacional

    0
    comentarios