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Pedro de Tena

La responsabilidad de Javier Arenas

El andalucismo ha muerto parlamentariamente. Habrá que ver dentro de cuatro años si ha muerto del todo o lo ha hecho eventualmente.

Javier Arenas no ha ganado. Javier Arenas no ha impedido que Manuel Chaves obtenga de nuevo la mayoría absoluta a pesar del susto que se llevarían sus asesores a las once de la noche cuando parecía que PP e IU podían arrebatar la hegemonía política al PSOE-A. Pero Javier Arenas ha obtenido el mejor resultado de la historia del PP de Andalucía con 47 escaños, diez más que en 2004, y es el único partido con posibilidad real de promover y pilotar el cambio de la Andalucía del régimen a la Andalucía libre que muchos queremos. Quedan ahora cuatro años parlamentarios de gran intensidad en los que IU no es necesaria para el PSOE. Arenas tiene la oportunidad y la responsabilidad de lograr el cambio, para lo que algunas cosas tiene que cambiar. Todos los partidos han perdido votos menos el PP, que ha ganado 300.000.
 
En los resultados, la provincia de Sevilla se refleja como uno de sus peores asignaturas, seguida de lejos por Huelva, Cádiz y Jaén. Igualmente, aunque haya que esperar para ver los resultados pueblo a pueblo, el campo andaluz y el interior siguen siendo problemas para un PP que debe empezar a presentarse como el liberador del régimen y edificar un programa, no sólo serio, sino, además, entusiasmante para la gente de a pie, achicharrada por los discursos anodinos y banales que no entiende pero que sin embargo padece.
 
Igualmente, Javier Arenas debe resolver de una vez por todas la renovación esencial de los equipos rectores del PP en las provincias y la solución del agujero que tiene en la comunicación en Andalucía. Hay que reflotar los movimientos profesionales y civiles que desean el cambio y dejar que su capacidad y su autonomía sean quienes hagan una labor de presión eficaz al régimen.
 
El PSOE-A vuelve a ganar otra vez, cosa que no nos extraña en absoluto dada la presencia y persistencia del régimen que ha arraigado en la vida y en la conciencia de muchos andaluces y andaluzas. Pero Chaves afronta su último mandato porque va a tener que jubilarse forzosamente. Ello implicará una lucha interna por la sucesión, que él quiere femenina pero que ya veremos. Tendrá las tentaciones de gobernar despóticamente como siempre, pero la presencia de Javier Arenas hará que desee entenderse con IU. Afortunadamente para él, IU, además de Sánchez Gordillo, con el que le hubiera sido muy difícil, ha obtenido candidatura para Diego Valderas. Haga lo que haga, probablemente perjudicará la identidad de la coalición de izquierdas que puede sufrir un destino equivalente al del andalucismo.
 
El andalucismo ha muerto parlamentariamente. Habrá que ver dentro de cuatro años si ha muerto del todo o lo ha hecho eventualmente. Quedan muchas deudas, muchas cicatrices, muchas cuchilladas aún no dadas y un ejemplo: el que gobierna con el PSOE termina muerto. Ante sí tiene uno de los grandes retos de su historia, de su compleja, cainita y rocambolesca historia. Por si fuera poco, aparece en el horizonte un nuevo partido, el partido de Rosa Díez grave peligro para el PSOE, para IU y para el andalucismo. El partido de Rosa Díez puede crecer mucho en Andalucía: hay espacio en todos los desencantados de una izquierda  que ha mostrado no ser íntegra, ni responsable ni eficaz.

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