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Amando de Miguel

Variaciones del hablar de los españoles

Tan decisiva es su fuerza que –asómbrense– acaba por designar como "nacionalismo lingüístico" a los que se oponen a él. Es muy parecida a la habilidad para tachar de fascista a quien no piensa como uno.

Encuentro a José Mª Navia-Osorio desolado al comprobar que en su tierra ha sido el PP, y no el PSOE, quien ha propuesto la oficialidad del bable como promesa electoral. Concluye sentencioso el de Oviedo: "La mejor manera de cargarse los vestigios de los bables –hay más de uno– es crear un idioma uniforme que acabe definitivamente con las hablas antiguas del habla popular". La cosa está muy clara. Estamos ante una esperada manifestación más del nacionalismo lingüístico. Podría haber sido algo minoritario, incluso testimonial en el caso asturiano. Pero el nacionalismo lingüístico se impone en todas partes como el aglutinador de la izquierda y también de la derecha. Es decir, lo que iba camino de lo testimonial acaba siendo lo hegemónico. Tanto es así que no importa que gane la izquierda o la derecha. La verdadera realidad imperante es el nacionalismo lingüístico (y político, claro está). Tan decisiva es su fuerza que –asómbrense– acaba por designar como "nacionalismo lingüístico" a los que se oponen a él. Solo un lingüista podría atreverse a esa ingeniosa arte prestidigitatoria o funambulesca. Es muy parecida a la habilidad para tachar de fascista a quien no piensa como uno.

J. Tomás Jiménez es uno de los que me recuerda que sobretodo es "abrigo" en la Argentina. Gracias por la enmienda. Ya me lo había dicho Francisco Marcos-Marín, con quien tanto aprendo. Don J. Tomás inquiere por qué se le dice tete al "ombligo" en Segovia. Ignoro la razón, pero se me ocurre que tete reproduce una de las primeras sílabas que articula un bebé. La contemplación del propio ombligo es uno de los primeros espectáculos de los que puede gozar el niño. Es más fácil decir tete que "ombligo". Seguramente muchos niños llaman tete al chupete. Víctor Pérez Velasco (Madrid, oriundo de Segovia) me hace ver dos expresiones típicas del habla segoviana:

  • Dar un baque (= una expedición para hurtar fruta en un huerto ajeno).
  • Helazo (= helada muy intensa, generalmente nocturna y especialmente fría).

Antonio Manuel Rodríguez certifica que muchas de las voces que aquí se recogían como típicas de Extremadura tienen plana vigencia en León. Ya me imaginaba yo una cosa así. No solo eso. José Antonio Magdalena asegura que en Asturias también son de uso corriente algunas de las palabras tenidas por peculiarmente extremeñas.

José Mª Navia-Osorio interviene en la polémica sobre, si en gallego, se llama venres o sextaferia al viernes. Los habitantes de Asturias dicen vienres, pero don José Mª nunca ha oído decir a nadie esa palabra. Comenta el de Oviedo: "Lo curioso es que los gallegos, como los asturianos, discuten por el nombre de los días de la semana en su supuesta lengua materna. No me parece que sea tan materna".

Fernando Echávarri recuerda que en su Pamplona natal, de niño, la señora que cuidaba a los hermanos, "cuando me oía hablar sin parar y sin mucho sentido, me llamaba charlabarato". No está mala la síntesis de dos palabras ligeramente despectivas.

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