Menú
Amando de Miguel

Correos personales, curiosidades afectivas

Lo que no puedo confundir es la tolerancia (= respecto de las ideas o conductas de otros) con la permisividad (= comulgar con ruedas de molino, aceptar las ideas o las conductas de otros cuando pueden ser dañinas).

Mario Guardia Sitges (Barcelona) dice que en general le gusta mi manera de escribir y de razonar, "pero cuando introduce el tema político que escribe tensionado, como queriendo adoctrinar en una línea concreta de pensamiento... [de forma] intransigente y dogmática". Reconozco que, al llegar a la política, aunque a través de la lengua, me dejo llevar por la pasión. Pero no me considero intransigente o dogmático, ni quiero adoctrinar a nadie. Cierto es que voto, si es que me dejan, al PP, más que nada porque es el partido que se aleja menos de mi forma de pensar. Pero si encuentro algo criticable en la política del PP, lo digo. Los libertarios que me sigan tendrán algunas muestras de ello. Lo que no puedo confundir es la tolerancia (= respecto de las ideas o conductas de otros) con la permisividad (= comulgar con ruedas de molino, aceptar las ideas o las conductas de otros cuando pueden ser dañinas).

Mariángeles Caneiro me pregunta por una investigación que yo he dirigido sobre el consumo de alcohol y de tabaco en España. Supongo que se refiere al libro Saber beber, saber vivir, escrito en colaboración de Iñaki de Miguel, y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas de Madrid en 2005. Hay también muchos datos sobre consumo de alcohol y tabaco en los cinco volúmenes La sociedad española auspiciado por la Universidad Complutense y publicados por Alianza y la Editorial Complutense, de 1992 a 1997.

José Mª Navia-Osorio (otro curioso pertinente) inquiere por qué digo "San Antonio de Béjar". Es una licencia mía. La ciudad tejana se llama San Antonio y está asentada en el condado de Bexar. El nombre de Bexar procede del Duque de Béjar que perteneció a la nobleza que surtía de altos funcionarios a los virreinatos. El nombre de San Antonio es porque el día de su fiesta se celebró aquí la primera misa a la vera del río que fue bautizado así. Se levantó una misión, que era entonces una especie de cooperativa para asentar a los indios nómadas. Lo que queda del Álamo es el resto de esa misión sobre la que se erigió el presidio (= fuerte) de San Antonio. La iglesuca del Álamo fue el último baluarte de la lucha entre los mexicanos y norteamericanos. El edificio más notable de la ciudad, aparte de la Catedral, es el palacio del Gobernador español, una especie de cortijo señorial, bastante humilde, pero con estilo. El río San Antonio fue canalizado en los años treinta a su paso por la ciudad. Es claramente una de esas obras públicas de la época de F. D. Roosevelt. Es una especie de réplica de Venecia. El guía que lleva a los turistas en una barcaza por el canal observa: "A la derecha verán ustedes la estatua de Saint Anthony de Padua, el santo patrón de San Antonio".

José Villanueva me pregunta cómo me adapto en los USA y si echo de menos España. Gracias a la internet España está con nosotros a todas horas. Nos encontramos muy bien instalados en San Antonio. Los alumnos devoran todas las lecturas y apuntes que les entrego, que es una buena ración todos los días. Los colegas me invitan a hablar en todos los posibles foros. Así que me sobra trabajo. Dedico un día entero a preparar cada clase, lo cual es una gozada. En cambio, la burocracia norteamericana (también la de la Universidad) resulta atosigante, casi diría que toxicante, si se me permite el palabro. Me quejaba de la burocracia española, pero la de los USA supera cualquier pesadilla. Ni siquiera cabe el consuelo que rige para España, que a veces las normas no se cumplen. Aquí se cumplen. Hay normas tan absurdas como la "ley seca" en muchos campus universitarios. No se puede introducir alcohol en el campus, pero sí se puede llevar un arma de fuego. En el Ejército norteamericano hay muchos soldados menores de 21 años, pero no pueden tomar alcohol. Una costumbre muy rara es que en los restaurantes hay que decidir antes lo que vas a beber y solo después de servida la bebida se pide la comida.

En Sociedad

    0
    comentarios