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Agapito Maestre

Vencer el miedo

La imposibilidad de combatir el terrorismo islámico potenciando el islam supuestamente moderado lo ha llevado a la conversión al catolicismo.

Es el título de un libro escrito originalmente en italiano, hace tres años, por un periodista musulmán, Magdi Allam. Esto no es, sin embargo, una reseña, sino un comentario crítico, o sea, político a la luz de la conversión al cristianismo de su autor hace unos días. Dicen sus divulgadores, y también la editorial española, Encuentro, que acaba de publicarla, que esta obra representa tanto una denuncia abierta de los integristas, que han condenado al autor como un enemigo del islam, como una crítica certera de sus cómplices occidentales que alimentan un escenario de odio y enfrentamientos entre el mundo islámico y la civilización occidental.

Tanto la denuncia como la crítica están contenidas, ciertamente, en el libro, pero no es la principal aportación del autor. Esta obra va un poco más allá; si sólo contuviera esa denuncia, sería una obra más en la ya larga lista de textos críticos contra el terrorismo de origen islámico; es obvio que da algunos nuevos datos, actualiza algunas polémicas, en fin, ofrece aportaciones bibliográficas para hacerse cargo del terrorismo islamista y el nihilismo occidental que lo cobija, pero ahí no reside, sin duda alguna, la originalidad de este libro.

Por el contrario, su singularidad reside en la voluntad que tiene el propio autor, desde el principio de la obra hasta el final, de aportar una novedad. Quiere demostrar que se puede acabar con el terrorismo islámico por un lado, y la inconsciencia de Occidente por otro lado, apoyando al islam "moderado" y crítico, un islam que mira antes a la colaboración con Occidente que a su enfrentamiento, antes al diálogo que al conflicto, antes a la coexistencia de religiones que a la exclusión de una de ellas. El acercamiento y potenciación de ese islam resolvería los graves problemas de enfrentamiento entre el mundo islámico y la cultura occidental de matriz cristiana. Por desgracia, esa voluntad del autor deviene un fracaso. No es el único, pero sí el más destacable.

En efecto, este texto contiene tantas contradicciones como enseñanzas. Entre las primeras ocupa un lugar relevante, reitero, la voluntad del autor por mostrar, especialmente en el capítulo titulado "El mundo que me da esperanza", la existencia de una tradición crítica en el interior de la religión islámica parecida a las existentes en la historia del catolicismo. Imposible. Ese afán, a veces exagerado, por hallar una genuina tradición crítica del islam capaz de poner freno al integrismo ha fracasado tan estrepitosamente que el propio autor, después de tres años, no sólo ha cuestionado la principal aportación de su libro sino que ha tenido que reconocer lo contrario: "Más allá de la contingencia de los fenómenos extremistas y del terrorismo islámico a nivel mundial, la raíz del mal está inscrita en un islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo." Ese reconocimiento marca el giro radical de su existencia.

Al modo del estoicismo cristiano y español, el autor ha hecho de ese fracaso, de esa "necesidad", al fin, virtud. Sí, el error de la principal tesis de su libro ha sido elevado a enseñanza. La imposibilidad de combatir el terrorismo islámico potenciando el islam supuestamente moderado lo ha llevado a la conversión al catolicismo. Este libro de Magdi Allam, el periodista de origen egipcio bautizado por Benedicto XVI durante la Vigilia Pascual del pasado sábado, no es en modo alguno la historia personal de su conversión al cristianismo, pero sí puede leerse como la crónica de un fracaso intelectual que lo ha conducido directamente a abrazar no sólo la fe católica sino su razón.

Sí, sí, Allam se ha convertido a la razón cristiana; porque nadie olvide que para el cristianismo, a diferencia de otras religiones, la fe nunca es perezosa. Requiere siempre de la razón. Obviamente el fracaso de las "razones" que había aportado en su libro de 2005, casi todas procedentes de la tradición islámica, son sólo una cara de su actual conversión. Falta ahora que Allam desarrolle la otra cara, las otras razones de origen cristiano, que lo han llevado a la conversión, a la inauguración de un nuevo tiempo, y que sólo están apuntadas en la carta que dirigió al director del Corriere della Sera.

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