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Ignacio Villa

Bienvenido a la realidad, señor Zapatero

¿Cómo se puede plantear siquiera la firma de un pacto antiterrorista con el mismo PNV que permite a las franquicias etarras gobernar en una decena larga de ayuntamientos vascos y navarros?

Después de días y semanas de quinielas y nombres, ha llegado la hora de la verdad. Entre la borrachera del triunfo electoral del PSOE y el tenso silencio del Partido Popular a la espera de la decisión de Rajoy, llevamos un largo tiempo de siesta. Pero una vez constituidos Congreso y Senado, el Gobierno tiene que pisar tierra y el aterrizaje no va a ser precisamente suave.

Después de estos días de falsa tranquilidad se han encontrado de golpe con la dura realidad, la de los pactos con los nacionalistas vascos, que vuelven a conducir inexorablemente al proceso de rendición ante los terroristas etarras. El planteamiento es tan sencillo como contradictorio. No hace muchos días, el diario El País advertía al Partido Popular de la intención de Rodríguez Zapatero de poner en marcha un nuevo pacto antiterrorista con la firma de los populares y del PNV. Ese era el mensaje que Moncloa enviaba a la calle Génova desde una de sus habituales terminales mediáticas. Una propuesta que pocos días después se ha visto desmontado por la vía de los hechos.

Y es que la moción de censura planteada no hace muchos días por Icíar Lamarain, concejal del PP en Mondragón, para evitar que la franquicia etarra de Acción Nacionalista Vasca siga gobernando esa Alcaldía ha sido rechazada. Los socialistas vascos parecían dispuestos a llevar a buen término la iniciativa de Lamarain, pero el Partido Nacionalista Vasco se ha bajado de un carro al que nunca tuvo intención de subir. Así está la política vasca y lo demás son historias y fábulas de Rodríguez Zapatero. ¿Cómo se puede plantear siquiera la firma de un pacto antiterrorista con el mismo PNV que permite a las franquicias etarras gobernar en una decena larga de ayuntamientos vascos y navarros? Pues haciendo trampas, el medio natural del presidente del Gobierno.

Zapatero no lo va a tener tan fácil como los socialistas han afirmado estas semanas. Una cosa es lo que les gustaría y otra muy distinta la cruda realidad. Un pacto parlamentario con el PNV inhabilitaría aún más la credibilidad en materia antiterrorista de un Gobierno ya deteriorado por la mentira. Es imposible que nadie se pueda creer que los socialistas vayan a cambiar cuando antes de empezar la legislatura ya se hipotecan con los nacionalistas vascos.

Tal y como están las cosas, sólo queda una salida, tan sencilla en teoría como imposible en la práctica: repetir la alianza entre el PSOE y el PP contra ETA, dejando de lado a los nacionalistas. Es decir, reeditar el Pacto Antiterrorista que Zapatero dinamitó, retirando como primer paso la moción que habilita al Ejecutivo a hablar con ETA. Pero pensar que Zapatero vaya a rectificar reconociendo su grave error con ETA es una auténtica quimera, un imposible inalcanzable.

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