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Robert Bottome y Norka Parra

Educación para la ciudadanía chavista

Con ese nuevo contenido curricular el Gobierno de Chávez busca construir una nueva conciencia socialista en el "hombre nuevo" que se requiere para la supervivencia del proceso bolivariano.

La Constitución venezolana de 1999, en su artículo 102, señala que la educación debe respetar "todas las corrientes de pensamiento" y la "valoración ética del trabajo". Este mandato constitucional está hoy más vigente que nunca, dado que el 2 de diciembre de 2007, la propuesta de cambio constitucional de Hugo Chávez fue contundentemente rechazada por la mayoría de los venezolanos.

Este recordatorio viene al caso por la insistencia del Gobierno de querer imponer, a golpes y porrazos, un cambio en el contenido curricular de la enseñanza básica y media que contraviene flagrantemente con este mandato de la Constitución vigente y violenta la idiosincrasia del venezolano. Con ese nuevo contenido curricular el Gobierno de Chávez busca construir una nueva conciencia socialista en el "hombre nuevo" que se requiere para la supervivencia del proceso bolivariano.

Esta política educativa de Chávez marcha en contracorriente con respecto a países como China, Singapur, India y Japón, que deben en gran parte su éxito en lo socio-económico a que han entendido que la educación es el instrumento clave para el desarrollo.

La propuesta bolivariana contiene varias distorsiones inaceptables para la sociedad venezolana, entre otros:

  1. Es profusamente ideológica, donde la enseñanza de la historia es re-escrita para darle una descarada preeminencia al estudio del período de Gobierno de Hugo Chávez y su ideario "revolucionario", sobre otras épocas históricas de Venezuela y el mundo. Se descontextualiza el conocimiento de la historia y se aísla al venezolano del resto del planeta.
  2. Está prácticamente vacía de contenido en las áreas relacionadas con el conocimiento científico y tecnológico.
  3. Privilegia de manera extrema lo social y colectivo en detrimento de lo individual, con el riesgo de desdibujar al ser como persona y hacerlo sumiso al poder del Estado omnipresente. Además, se pretende desestimular la competencia y promueve el igualitarismo cogestionario.
  4. Pretende configurar una óptica militarista del Estado venezolano, donde las fuerza armadas sean el hilo conductor del proceso político de Chávez. Además de que se hace culto al "héroe de la revolución".
  5. Se privilegia el etnocentrismo indígena y afrodescendiente, obviando que el venezolano es producto de un mestizaje que incluye además componentes europeos, árabes e incluso orientales.

Por último, como ya se hace costumbre en el mandato de Chávez, todo este cambio curricular se está haciendo con desconocimiento de los reales problemas que afectan a la educación, a espaldas de la ciudadanía, e incluso con la oposición de amplios sectores de maestros, padres y representantes.

Tal parece que el compromiso de Chávez es con el comunismo cubano y chino de Mao Tse Tung, no con el desarrollo integral del venezolano, como corresponde.

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