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Amando de Miguel

Buscapalabras

Fran Rodríguez quiere saber por qué se llama "capitalistas" a los que sacan a hombros a los toreros. No tengo ni idea. Quizá sea porque ese menester es previo pago de la tarifa correspondiente. En ese caso sería una etiqueta irónica.

Ignacio de Despujol y Coloma (Valdemoro, Madrid) señala que mi definición de tolerancia le deja perplejo. Para don Ignacio, la tolerancia supone una forma de paternalismo o de superioridad hacia la persona tolerada. No es esa mi impresión, pero tampoco se trata de estar siempre de acuerdo. Por otra parte, lo del paternalismo no me parece que tenga que ser siempre algo negativo o despreciable, lo digo como padre.

Cándido Alvarado (San Pablo Sula, Honduras) quiere saber la distinción entre "eficiente" y "eficaz". Muy sencillo: recuerde "los medicamentos son eficaces", "los médicos son eficientes" e incluso "los tratamientos son efectivos". Quizá los diccionarios no establezcan bien la distinción, pero yo la tengo muy clara. La eficacia se refiere a la economía de los productos, los aparatos, las organizaciones. La eficiencia alude a la buena disposición de las personas, los equipos, los profesionales. La efectividad indica el buen resultado de los procesos de acuerdo con los fines propuestos. El problema no es tanto el de la distinción que pueda hacerse de los conceptos citados como el del método para calibrarlos. En los tres casos, además, el resultado hay que medirlo teniendo en cuenta los costes (económicos y humanos).

Fran Rodríguez (Houston, Texas, USA) quiere saber por qué se llama "capitalistas" a los que sacan a hombros a los toreros. No tengo ni idea. Quizá sea porque ese menester es previo pago de la tarifa correspondiente. En ese caso sería una etiqueta irónica. Fue una alegría encontrarme personalmente con Fran Rodríguez con ocasión de una conferencia que pronuncié en la Universidad de Houston. Siempre me alegra lo de poner cara y ojos a los libertarios.

Sigue el concurso de ideas para seleccionar la palabra que califique al que molesta a otro. Fernando Herreros recupera sinapismo. En efecto, se trata de una cataplasma de mostaza a la que recurrían nuestras bisabuelas para curar diversos padecimientos del sistema respiratorio. Eran mejor que nada, pero también resultaban muy engorrosas y malolientes, por lo que la voz sinapismo se utilizó para describir el comportamiento de una persona molesta. Desgraciadamente las cataplasmas ya no se utilizan y el segundo significado cayó también en desuso. Es un buen ejemplo de cómo el habla es una suerte de embalse en el que entran y salen unas u otras voces, a veces con distintos significados. Una alumna colombiana aduce que en su país se utiliza sinapismo para calificar a una persona enojosa.

Juan Ponce señala que la palabra adecuada para designar a la persona molesta es interquedente. Por lo menos así se oye en Extremadura. La acumulo a las propuestas anteriores. Se me ha extraviado la autoría de otra propuesta: cansón. Espero que alguien la reivindique. Resulta asombrosa, por lo variada y expresiva, la lista que va saliendo de palabras aptas para calificar a las personas molestas. Me pregunto si habrá tanta variedad para etiquetar a las personas ayudadoras. Anoto una voz oída en Granada: mandible.

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