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Víctor Llano

Lo que las víctimas no van olvidar

Tan honesto, tan recto y tan íntegro es Zapatero que no divaga a la hora de impedir que su embajador en La Habana se acerque a una sola de las víctimas del tirano que tantas sonrisas recibió del todavía heredero de la Corona Española.

Zapatero insiste en pedirle a la Unión Europea que suprima las escasísimas sanciones que aún pesan sobre la tiranía castrista. Peor imposible. Desconocemos las razones que llevan al presidente del Gobierno a mostrar tanto afecto por los verdugos de cientos de miles de sus compatriotas. Tal vez no las podría explicar Vicente Cuesta Macho. O el mismo Miguel Barroso, que como el agregado policial de la embajada de España en La Habana es otro hombre de la absoluta confianza de Zapatero y que esta semana suspendió un acto en el que iban intervenir Zoé Valdés y Raúl Rivero para, a la misma hora del mismo día, cederle los mismos salones que todos pagamos a los voceros de los hermanos Castro.

Según declara este domingo en el magazine del diario El Mundo, Zapatero no se olvida de dónde viene. Nosotros tampoco nos olvidamos de los idus de marzo y confiamos en que las víctimas de sus socios no olviden sus esfuerzos para que desde Europa se aliente las esperanzas de los herederos de sus verdugos. Es lo que tienen que agradecer al europeo que más obligado está a hacer algo por ellos. No obstante, a juicio del jefe del Estado, el presidente por accidente es un hombre "muy honesto, recto, no divaga, íntegro". Tan honesto, tan recto y tan íntegro que no divaga a la hora de impedir que su embajador en La Habana se acerque a una sola de las víctimas del tirano que tantas sonrisas recibió del todavía heredero de la Corona Española.

Tanto admira Su Majestad a Zapatero que vamos a seguir los consejos del presidente y no nos vamos a olvidar ni de dónde viene él ni de dónde venimos nosotros. Después de tanto remar no vamos a morir en la orilla. Cuba no será para los restos el mayor prostíbulo de Iberoamérica. Puede que no se demore el día en que un Gobierno cubano les agradezca a algunos españoles los favores recibidos. No otra cosa merecen quienes desprecian el sufrimiento ajeno. Acierta Zapatero. No siempre es mejor olvidar. Además, como muy bien escribió William Faulkner en la novela Luz de Agosto, "la gente no olvida mucho más tiempo que el que recuerda".

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