Menú
Amando de Miguel

Precisiones gramaticales de andar por casa

Para sintetizar lo anterior, recuérdese esta frase correcta: "Los marabúes son unas aves de carne híspida que los nativos africanos consideran tabúes; por tanto, no se sirven como manjares en los menús de los ambigús". ¡Viva la ambivalencia!

Juan Alfonso Andrade Ortega me pide la opinión sobre el uso del gerundio para definir el título de un libro, una ponencia o trabajo similar. Por ejemplo, "Cuidando al discapacitado: un reto para la sociedad de nuestro tiempo". ¿Qué quiere que le diga? Esa práctica me parece abominable, y eso que yo suelo ser condescendiente con la importación de modos anglicanos. Pero en castellano el gerundio es un tiempo muy restringido, que solo se tolera en raras ocasiones y, de manera excelsa, en poesía (San Juan de la Cruz).

Rafael Marcos (Boadilla del Monte, Madrid) se escandaliza de que en la revista Clío (de Historia) aparezca en portada este titular: "los tabús". Don Rafael entiende que una revista de tipo cultural debe cuidar más la norma. En ese caso lo correcto sería escribir "los tabúes". No estoy tan seguro de ello. Ambas formas son legítimas. Precisamente en la ambivalencia está la gracia. En el caso de menú, el plural aconsejable es menús y no menúes. Es lástima que ya no se oiga lo de ambigú. Su plural elegante es ambigús, no ambigúes. En lugar de ambigú (galicismo) ahora se dice cátering (anglicismo). Por cierto, en Tejas he oído que la colonia hispanohablante al catering lo llaman "banquetería". No está mal. Claro que también llaman "carpetería" a la tienda donde venden alfombras y moquetas. (Carpet en inglés es ambas cosas). Para sintetizar lo anterior, recuérdese esta frase correcta: "Los marabúes son unas aves de carne híspida que los nativos africanos consideran tabúes; por tanto, no se sirven como manjares en los menús de los ambigús". ¡Viva la ambivalencia!

Marta Alejandro (Colorado, Estados Unidos) opina que resulta absurdo el intento de feminizar los títulos de las profesiones. Pase lo de "abogada", pero no acepta lo de "matemática" o "médica" para referirse a las mujeres expertas en esas materias. Se pregunta doña Marta si no tendríamos que empezar a hablar de periodistos, ciclistos, dentistos, etc. No creo que haya que llegar a tanto. Se puede alternar muy bien con un médico y una médica, pero será mejor un perito y una perito. Si la Vírgen puede ser "capitana de la tropa aragonesa", según dice la jota, no veo por qué no se va a reconocer el grado de "capitana" a las mujeres oficiales que lleguen a ese rango. Quizá sea mejor la sargento que la sargenta. No sabría decir en qué me baso para esa aceptación ambigua. Quizá sea solo una cuestión de oído, que, por tanto, puede evolucionar. La realidad es que así es como funciona la lengua en este asunto. Todo depende de la cantidad de mujeres que vayan entrando en los distintos cuerpos. Por ejemplo, es claro que se admite profesor y profesora, y no digamos maestro y maestra. (Mi abuela era ya maestra de escuela). Se nos hace más cuesta arriba que se dijera obispa. ¿Un papa femenino sería mama? En fin, el expediente queda abierto.

Alejandro Graner Solana se encuentra con la duda de si los pronombres demostrativos se deben acentuar en su forma neutra: esto, eso, aquello. Hágame caso, don Alejandro, no los acentúe nunca. Yo, a veces, por razones de cortesía académica, sigo la norma valetudinaria de acentuarlos en su forma masculina o femenina. Pero, en cuanto puedo, me libero. Prefiero atenerme a la norma general de que no se acentúan las palabras llanas terminadas en vocal, en ene o en ese.

César (o nada) me resume la discusión que han tenido en la oficina sobre si se debe escribir "Señor Don Fulano" o "Señor don Fulano". Comprendo que a veces se diga "el caballero Don Quijote", pero me parece más razonable apearle la mayúscula a ese "don". Así lo prescribe el Diccionario Panhispánico de Dudas, aunque disiento de que ese mismo criterio se aplique al tratamiento de san o santo. Para mí es más claro decir "la prosa de San Agustín" o "los Ejercicios de San Ignacio".

Daniel Gutiérrez (Aranda de Duero), a propósito de las abreviaturas para las unidades científicas, adelanta algunas muy útiles:

  • M: millón
  • M€: millones de euros
  • A/C: aire acondicionado
Mi opinión es que no debemos abusar de las abreviaturas o de las siglas. De otra forma nos llenaríamos la cabeza de nuevos signos, además de los del alfabeto. El resultado sería pasar de un idioma alfabético a otro ideográfico, como el chino o el egipcio. Vamos camino de ello y es un disparate. En inglés es una orgía lo de las abreviaturas, acrónimos, palabras compuestas, siglas y otros ingenios. Recordemos lo del "efecto 2KY", para no decir "año 2000". K de kilo (mil); Y deyear(= año). O también B4 (=before, antes). Propongo este acrónimo para las necesidades españolas: CSDMDHCI, es decir, "Conexión de sistemas dentro de la misma demarcación hidrográfica de las cuencas internas". Es la última parida para no decir "trasvase" de una cuenca a otra. La verdad es que resulta ingenioso. Pobres políticos aragoneses, lo que tienen que tragar. Claro que peor lo tienen los políticos valencianos, murcianos y almerienses. Para ellos no hay trasvase porque son de derechas. ¿Habrase visto contradiós mayor?

En Sociedad

    0
    comentarios