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Martín Higueras

Alonso necesitaba lluvia... pero no tanta

Alonso seguirá esforzándose en el desarrollo de un R28 que comenzó mal, mejoró y que ahora parece irse desinflando otra vez.

Tal y como se preveía, la lluvia ha sido determinante en este GP de Mónaco. Era lo que necesitaba Alonso para intentar hacerlo mejor y neutralizar la inferioridad de su R28 frente al resto de la parrilla. Pero tal vez no necesitaba tanta lluvia. Además, es evidente que desde los boxes dirigidos por Briatore no se acertó en la elección de neumáticos, consecuencia de la pobre predicción de lluvia que finalmente no llegó cuando se pensaba (a juzgar por los que oíamos a través de la televisión).

Lo cierto es que la lluvia fue la protagonista del Gran Premio ya sea por su presencia en la primera parte de la carrera como por su ausencia en la segunda. Se pasó de las equivocaciones en las escuderías –que gastan mucho dinero en contratar servicios exactos de previsión climatológica– a la importante decisión de cambiar a neumáticos de seco, un riesgo que primero adoptó Renault y que luego fue seguido por casi todos vista la aparición de un carril seco en el circuito.

La verdad es que esperábamos más de Alonso, sobre todo cuando las noticias daban una carrera en mojado. A una buena partida le siguió un error del español que tocó el muro de la curva 3 (Massenet), lo que le provocó un pinchazo en su neumático trasero derecho y una posterior entrada a boxes justo cuando salía el safety car por el accidente de Coulthard y Bourdais. A su regreso a pista y ya en carrera comenzó a atacar a Heidfeld. Sin embargo, sus ganas de adelantarle le llevaron a la precipitación. El español intentó pasarle en Loews pero no con el suficiente espacio. Alonso perdió parte de su alerón y dejó casi nulas sus opciones por puntuar. Aquí vino además el error de Renault. Al entrar el asturiano, calzó neumáticos de lluvia extrema cuando la situación no era para tomar dicha decisión. En la vuelta 46 decidió arriesgar y usar neumáticos de seco, lo que a la postre tuvo resultados y fue imitado por el resto de pilotos. El estado de la pista lo permitía y así lo probaron los tiempos. Al final, lo mejor del resultado de Alonso es haber terminado la carrera, pero todos pensábamos en un mejor rendimiento en estas condiciones.

Hay otras cosas que destacar. Lo primero, el carrerón de Hamilton. Pese a su error en las primeras vueltas, su estrategia fue perfecta y pese a entrar dos veces contra la única que tenía previsto Massa (cosa que al final no se cumplió) logró conservar el liderato, sumar su sexta victoria y sobre todo ponerse puntero en el Mundial. Aunque en su momento fue criticado, hasta ahora va cumpliendo lo que pronosticó antes del Gran Premio de España: encadenar 15 podios. Además, esta victoria le permite viajar a la ronda norteamericana con la moral al máximo y en el caso de lograr el mismo éxito que el año pasado –logró los dos triunfos de Canadá y EEUU– podría poner tierra de por medio con sus perseguidores.

El otro piloto a destacar es Adrian Sutil. El alemán lo hizo todo bien, absolutamente todo bien. Con el Force India no cometió ningún error (a diferencia de casi todos) y cuando entró el coche de seguridad tras el accidente de Rosberg todo parecía perfecto para que lograra sus primeros puntos aunque conservar el cuarto lugar se antojaba muy difícil ya que Raikkonen estaba pegado tras él. Pero el campeón del mundo no controló su Ferrari a la salida del túnel y le embistió por detrás dejándole sin opciones para terminar la carrera. Una auténtica pena porque fue uno de los mejores del día.

Después de este Gran Premio, podemos confirmar a Kubica y a BMW como uno de los que serán protagonistas este año. El polaco viene siendo muy rápido y puso en dificultades a los dos Ferrari. Su segundo lugar –después de un atractivo duelo con un Massa que se fue desinflando– prueba que está para grandes cosas y que la escudería sigue su progresión pese a que no le acompaña Heidfeld, algo perdido desde hace un tiempo. Ahora viajará a Montreal, donde el año pasado sufrió un accidente que pudo poner su vida en peligro. Pasado el tiempo, el polaco está en su mejor momento y está cuarto del Mundial, a sólo seis puntos del líder.

Veremos qué progresión tiene Alonso y su Renault en las próximas carreras. Lo cierto es que después de Barcelona, se esperaba una clara mejora que no ha llegado. No hay duda de que Alonso seguirá esforzándose en el desarrollo de un R28 que comenzó mal, mejoró y que ahora parece irse desinflando otra vez.

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