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Ignacio Villa

Elorriaga no está fuera

Que se sepa, a día de hoy Elorriaga es dirigente del PP y su carta abierta a Mariano Rajoy no es un ataque dirigido por esos medios tan malos y perversos. La crítica de Elorriaga no puede hacerse desde más dentro; es de las que dejan huella.

La carta abierta con que este lunes Gabriel Elorriaga se despachaba desde las páginas del diario El Mundo contra Mariano Rajoy es un nuevo salto cualitativo en la crisis interna del Partido Popular. Y lo es por distintos motivos. Primero, Elorriaga no es un cualquiera. Ha sido un hombre de absoluta confianza del presidente del PP durante muchos años; no nos podemos olvidar que, entre otras cosas, fue jefe de campaña del propio Rajoy. Anteriormente Elorriaga ya fue "fontanero" de La Moncloa con José María Aznar y secretario de Estado con Javier Arenas.

Elorriaga siempre se ha caracterizado por declaraciones prudentes, nada llamativas; nunca ha levantado la voz más de lo necesario y siempre ha preferido el silencio antes que cometer un error que molestara al jefe de turno. Dicho de otra forma: hasta hoy era impensable que Elorriaga se convirtiera en el primer dirigente del PP en pedirle a Rajoy que se vaya a su casa por su incapacidad para construir un liderazgo en su partido. La cuestión es de un gran relieve y no puede quedar como una simple rabieta. Si Elorriaga se ha decidido a escribir lo que ha escrito no ha sido por un mero arranque repentino. Detrás de esa petición a Mariano Rajoy hay muchos dirigentes populares, pero sobre todo hay un sentir de algunos políticos del PP de gran proyección pública en su momento y que ahora ven como se está hundiendo el barco a gran velocidad.

Lo que nos dice la experiencia de estas últimas semanas es que Gabriel Elorriaga no será el último. Para nada. Es uno más de una larga lista que ya incluye a Zaplana, Acebes, María San Gil o José Antonio Ortega Lara; y en la que también hay otros muchos que desde dentro trabajan en distintas alternativas a Rajoy. Esa lista está todavía incompleta.

En todo caso, lo que es evidente es que la crisis del PP está dentro, no fuera. No es cuestión de los medios de comunicación, como pretende hacernos creer el núcleo duro de la calle Génova. Que se sepa, a día de hoy Elorriaga es dirigente del PP y su carta abierta a Mariano Rajoy no es un ataque dirigido por esos medios tan malos y perversos. La crítica de Elorriaga no puede ser desde más dentro; es de las que dejan huella. Prueba de ello es que el aparato del partido guarda silencio ante el enésimo revés recibido, cada uno más duro que el anterior. Mal que les pese, este no será el último.

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