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¿Es necesaria la ministra de Defensa?

Si ningún funcionario de Defensa, sea civil o militar, nota la ausencia de Chacón, cabría preguntarse honestamente si el cargo de ministro de Defensa sigue siendo necesario.

La ministra de Defensa, Carmen Chacón, muy popular entre los encuestados del CIS, supuestamente más por madre que por ministra, está de baja maternal. El presidente decidió que fuera sus funciones fueran llevadas a cabo por el ministro de interior, Pérez Rubalcaba. Si ningún funcionario de Defensa, sea civil o militar, nota su ausencia, cabría preguntarse honestamente si el cargo de ministro de Defensa sigue siendo necesario. Si todo el aparato de las fuerzas armadas puede ser llevado a tiempo parcial por otro ministro, sin que por ello se resienta nuestra seguridad nacional, ¿por qué no ahorrarnos su sueldo y el de todos los componentes de su gabinete?

De hecho, hasta podría teorizarse que eso es lo adecuado: en los últimos años se ha venido afirmando que la seguridad ya no es un tema exclusivamente en manos de defensa puesto que las nuevas amenazas han borrado la delgada línea que separa lo interior de lo exterior. Coherentemente, por tanto, debería abogarse por algún tipo de autoridad que unificase los esfuerzos de dos entes claramente incomunicados, el Ministerio de Interior y el de Defensa, que sufren una separación administrativa que emana de hace dos siglos.

Históricamente, los militares han pasado de contar con tres ministerios, Marina, Tierra y Aire, que competían más entre sí que con sus adversarios externos, a estar todos bajo la férula administrativa del Ministerio de Defensa. Los cuarteles generales siguen cada uno a lo suyo, eso sí, y a Trillo le dieron largas cuando intentó crear el mini-pentágono español. También hay que recordar que de aquello de Ministerio de la Guerra se acabó en simplemente de Defensa, como denominación mucho más aceptable y políticamente correcta.

Es posible que como estamento que se siente distinto y que exige un claro reconocimiento social, los militares no estén de acuerdo con que les quiten su cabeza política visible y pasar a repartir su atención con la Guardia Civil y otros cuerpos de seguridad del Estado. Pero no debieran ser cortos de miras. Carmen Chacón ha dicho que ella es pacifista y ha calificado a los ejércitos españoles de pacifistas, sin que nadie de entre los altos mandos haya dicho nada al respecto. Puede que les guste empezar a llamarse Ministerio de la Paz. Aunque tal vez les fuera mejor si no tuvieran ministro –en este caso ministra– por encima.

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