Menú
Alfred Subirana

El Estado-Minotauro

El objetivo del catalanismo no puede ser el de fabricar catalanistas o ciudadanos como si fueran robots, sino el de formar a hombres libres arraigados a su tierra, con todo lo que esto conlleva.

El portavoz del PSC en el Parlamento, Joan Ferran, ha hecho unas sorprendentes reflexiones en un artículo de El Periódico, en el que critica al nacionalismo, que distingue de un nuevo concepto al que llama "catalanismo social".

En este artículo llega a afirmar que el nacionalismo "pretende ordenar nuestras vidas mediante la política, la hegemonía cultural y los medios de comunicación públicos", también afirma que hace poco, había leído –en clave catalana– que "el primer y principal objetivo de todo medio de comunicación público es la creación y mantenimiento de un imaginario nacional con funciones cohesionadoras y coercitivas". La alternativa sería el catalanismo social, que "seduce, crea catalanistas, fabrica ciudadanía".

El profesor Dalmacio Negro decía que el Estado-Leviathan de Hobbes había dejado paso al Estado-Minotauro, aquel monstruo mitad hombre, mitad toro, que devoraba a las doncellas que entraban en el laberinto de Creta para evitar la venganza de dicho monstruo. En clave política este monstruo estaría formado por una mitad que equivaldría al Estado y la otra mitad a la sociedad o parte de ella. El Leviatán habría sido capaz de incorporar a parte de la sociedad, a la que utilizaría en momentos clave para evitar cualquier brote de libertad.

Ese Estado-Minotauro ha sido el gran éxito del nacionalismo catalán, también del PSC, y es el Estado que critica Joan Ferran. Es pura hipocresía condenar el nacionalismo y criticar textos que, hasta hace dos días, podrían haber firmado ellos mismos.

Pero tampoco es que la alternativa sea mucho mejor. Si el objetivo del catalanismo social tiene que ser el de crear catalanistas y fabricar ciudadanos, podemos empezar a temblar; Hitler habría suscrito estas palabras con toda tranquilidad. El objetivo del catalanismo no puede ser el de fabricar catalanistas o ciudadanos como si fueran robots, sino el de formar a hombres libres arraigados a su tierra, con todo lo que esto conlleva.

El nacionalismo nunca pretendió recuperar Cataluña sino crear una nueva, que nada tenía que ver con su historia. Ya lo decía el gran historiador nacionalista, Rovira i Virgili, los auténticos catalanes son los carlistas de la montaña, los que en su época defendían la unidad de España y a su tradición.

Señor Ferran, por favor, no nos venda discursos victimistas y asuma su parte de culpa. Si es verdad que ese nacionalismo le horroriza tanto como afirma, dimita ya de su cargo y del partido al que representa. Pero esto nunca pasará, porque si algo tiene el Estado-Minotauro es que una vez se ha estado dentro ya no se quiere salir por temor a ser devorado.

En España

    0
    comentarios