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Amando de Miguel

Eutrapelias y eluciarios

Cartel expuesto en los locales de una empresa de Filadelfia: "Nosotros preferimos hacer negocios con mil terroristas árabes antes que con un solo judío". No, no es un cartel antijudío, como puede pensar el lector malicioso.

Manuel Montes (Huesca) acude al reto que significa la dificultad de hacer rimas con "España" y me envía este soneto con estrambote. Las musas sean loadas:

Don Amando, usted ha lanzado un reto:
componer unas rimas con España.
Estimo que no es una gran hazaña
y su guante recojo en un soneto. 

Me aventuro por este vericueto,
no sé si con las musas por compaña,
pero espero tener bastante maña
para salir honroso del aprieto. 

Es mi Patria, del mar a la montaña,
de profundo amor, para mí, objeto
que jamás circunstancia alguna empaña

Este amor desde la cuna me acompaña,
mi alma lo albergará, no es un secreto,
hasta que la campana por mí taña.

En fin, esta composición extraña
tiene un destinatario muy concreto:
mi Nación, mi país, mi Patria, España.

Miguel Ángel Taboada recoge la historia de un cartel expuesto en los locales de una empresa de Filadelfia: "Nosotros preferimos hacer negocios con mil terroristas árabes antes que con un solo judío". No, no es un cartel antijudío, como puede pensar el lector malicioso. La explicación está en el nombre de la empresa: "Funeraria Goldberg".

El infatigable Miguel Ángel Taboada nos da unos consejos médicos heterodoxos para mantener nuestra salud. Por lo menos habrá que tomarlos en consideración, aun con la cautela de la miaja de ironía que acompaña a ese código. Resumo el octólogo:

  1. No hay que hacer mucho ejercicio físico porque eso acelera el corazón, lo cual no es bueno. "Es como decir que usted prolonga la vida de su vehículo conduciendo más deprisa." ¿Quiere vivir más? Duerma la siesta.
  2. No hay que dejar de comer carnes rojas porque, en definitiva, la vaca come hierba.
  3. No hay que reducir el consumo de alcohol, pues el vino está hecho de fruta, y el coñac es un vino destilado; "la cerveza está hecha de granos" (= cebada).
  4. El programa regular de ejercicios físicos tiene un límite: el dolor.
  5. Los fritos no son perjudiciales, porque el aceite es vegetal.
  6. Las flexiones no ayudan a reducir la grasa. Solamente sirven para que los músculos aumenten de tamaño.
  7. El chocolate es estupendo: el cacao es otro vegetal.
  8. Si el caminar [mucho] fuera saludable, el cartero sería inmortal.

El incombustible Miguel A. Taboada me envía una preciosa ilustración de cómo funciona la Bolsa [o mejor, añado yo, ciertas empresas que dan el oro y el moro por los ahorros que en ellas se depositan]. Es un apólogo lleno de enjundia:

Una vez llegó al pueblo un señor, bien vestido, se instaló en el único hotel que había, y puso un aviso en la única página del periódico local, que está dispuesto a comprar cada mono que le traigan por 10 dólares. Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a 10 dólares cada uno sin chistar. Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció 20 dólares por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque. Nuevamente, fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a 25, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno. Llegado a este punto, el hombre ofreció 50 dólares por cada mono, pero, como tenia negocios que atender en la ciudad, dejaría a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos. Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles: "Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35 dólares, y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los venden por 50 cada uno." Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del "jefe". Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida.

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