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José Antonio Martínez-Abarca

Teléfono ministerial dudoso, aló

En estos momentos nuestras líneas se encuentran ocupadas, por favor, no se retire... (suena el tango Tomo y obligo en la voz de Carlitos Gardel: "y le juro, todavía / no consigo convencerme / como pude contenerme / si ahí no más no la maté"...)

A Juan Carlos Girauta.

– En estos momentos nuestras líneas se encuentran ocupadas, por favor, no se retire... (suena el tango Tomo y obligo en la voz de Carlitos Gardel: "y le juro, todavía / no consigo convencerme / como pude contenerme / si ahí no más no la maté"...).

– Joder, siempre que un hombre tiene una duda, hay sobrecarga en el teléfono de dudas que ha puesto el Ministerio de Igualdad.

– Nuestras líneas siguen ocupadas, por favor, permanezca a la espera y su llamada será atendida por una operadora... (el hit parade políticamente incorrecto para maltratadores, que da ambientillo previo, cambia ahora a Gabinete Caligari y Gresca gitana, "los sorprendí amarraditos / tanteándose ambos dos"...)

– Nada. Ahora que estoy que me dudo encima.

– Nuesras lín... Aquí el teléfono de dudas para hombres del Ministerio de Igualdad, le habla Bibí ¿en qué puedo servirle?

– ¿Podría responderme a una duda que tengo?

– ¿Es que no ha leído el cartel? Dudas, aquí resolvemos dudas.

– Usted es Bibí, pero, ¿Bibí, la ministra en persona?

– Le voy a dejar con la duda. ¿Más?

– No es que esté desoficiado, no se crea, pero es que me han dicho que la ministra de Igualdad, su jefa, acaba de llegar de Sudamérica y que allí se le ha pegado eso de "miembras".

– Pues efectivamente, señor, no me irá a decir que no le gusta, porque es bien bonito.

– Yo creo que lo que se ha traído la ministra de Sudamérica es "mi hembra", "mi hembra", ¿me entiende?, no "miembra".

– ¿Cómo se atreve? ¿Cree que se hubiesen traído esa horrible palabra desde tan lejos? ¿Está dudando usted de la ministra?

– Claro que estoy dudando. Me dijeron que llamara aquí. Yo les respondí que este número me sonaba que era el del teléfono para canalizar la violencia verbal de los hombres, pero me dijeron que había cambiado de razón social y que ahora era un teléfono para dudas también machistas. Si tanto le gusta la palabra, supongo que será usted "miembra" de la ministra...

– Yo no soy hembra de nadie. ¿No ha oído lo que decimos las feministas, "no puedo ser la persona de tu vida porque quiero ser la persona de mi vida"? Yo no soy su hembra de usted, cabrón.

– Ya sé que usted no es mía. Pero la ministra sí dice que es suya. Usted es "miembra" de la ministra de usted.

– Me está usted violentando, maltratador.

– No, perdone, ese teléfono del Ministerio ya no existe.

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