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Jorge Vilches

El proscrito y el náufrago

Víctima de miedos electorales se resiste a pronunciar la palabra “crisis” dejándola para los “antipatriotas”.

Jesús Pabón fue uno de los grandes historiadores españoles de mediados del siglo XX, hoy prácticamente olvidado porque no encaja con el paradigma izquierdista que domina (o asola) el mundo académico. En sus obras fluía la pulcritud científica en una prosa cuidada, directa, sin ambages ni dobleces; una forma de narrar historias que aprendió, sin duda, en sus tareas periodísticas.

Releyendo uno de sus más agudos trabajos, Las ideas y el sistema napoleónicos, he caído en una de las frases de Pabón: “El momento en el que Europa vive el problema de una nueva organización, Godoy jugará en pequeño, víctima de miedos y vanidades personales, náufrago y no piloto en la tormenta”. Y entonces me acordé de Zapatero.

En un momento en el que Occidente vive una crisis económica que precisa asumir su existencia y, luego, tomar medidas, ZP juega en pequeño negándose a aceptar la realidad. Víctima de miedos electorales se resiste a pronunciar la palabra “crisis” dejándola para los “antipatriotas”. Preso de una enorme vanidad –¡Ay, el síndrome monclovita!- dice a todo aquel que le quiere oír que estamos en la “Champions League” de las economías mundiales.
 
Y en el mar que nos lleva, el Presidente es un náufrago, sin más dirección que aquella que quiera depararnos la economía internacional. Porque Zapatero responsabiliza de la inflación y el desempleo a la subida del precio del petróleo, a la subida del euribor y a otras adversidades externas que no concreta. Pasados los tiempos en que el gobierno zapaterista culpaba a Franco de la falta de infraestructuras y a los Ejecutivos de Aznar de cualquier cosa –por ejemplo, de la presencia de medusas en las costas levantinas–, no se ha percatado aún de que debe asumir su responsabilidad.

Quizá, un día, a algún historiador, dentro de varias generaciones, se le ocurra narrar la historia política de la época zapaterina. Y digo “quizá” porque lo más probable es que los metahistoriadores del futuro decidan, por eso de hacer carrera funcionarial –digo académica-, no hablar del “naufragio” sino abordar dicho periodo estudiando el significado y evolución del concepto “crisis”, la paridad de hombres y mujeres en cualquier órgano colectivo –¡que se note el auge de la historia de género!-, o la rehabilitación paternalista de lo antes conocido como “derecha”. Pabón, pues eso, proscrito.

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