El Congreso Federal del PSOE celebrado este fin de semana en Madrid ha sido el congreso de la borrachera Zapatero. Todo diseñado, ejecutado y planificado para mayor gloria del secretario general. Rodríguez Zapatero ya tenía todo el poder antes del congreso, pero sale de él con una escenificación arrasadora a favor de su personalidad, su gestión y sus políticas. Desde luego, el poder que ahora mismo tiene Zapatero y del que alardea sin ningún reparo es muy superior incluso al que tuvo en su momento Felipe González.
Zapatero ha conseguido el control total y absoluto sobre su Gobierno, sobre el partido y sobre la Ejecutiva: ha aniquilado a los barones, ha anulado el poder territorial y ha arrumbado cualquier voz crítica o disonante. Nadie dice lo que piensa. Todo es perfecto. Todo es impecable. Todo se ha convertido en un mundo feliz. Con este congreso ha comenzado el Zapaterismo en estado pleno. Y desde luego con más poder que el Felipismo en el mejor de sus momentos.
Dicho esto, la cuenta atrás ha comenzado. En política es directamente proporcional el poder a la corrupción: cuanto más poder se tiene, más puertas están abiertas para la corrupción. Además, cuanto más se manda, el engreimiento es mayor; y cuanto más se controla, mayor será la caída. Zapatero sale de este congreso con todos los resortes controlados, con todos los mecanismos bajo su mando, con toda la maquinaria trabajando para su mayor lucimiento. Demasiado egocentrismo. Todo es Zapatero para mantenerse en el poder. Es la receta Zapatero, que a día de hoy tiene más apoyos que la receta Felipe. Y por lo tanto, desde ahora es un verdadero peligro.
En todo caso, con todo el poder en la mano lo que se nos viene encima en esta segunda legislatura es claro: el cambio en el modelo de sociedad. Ésa es la clave que desde ahora el Gobierno y el PSOE van a poner en marcha. Con crudeza, con radicalidad, con constancia. No van a distraerse en otras historias. Zapatero quiere dar un vuelco a la sociedad española y todo indica que lo va a poner en marcha con todas sus consecuencias. Familia, educación, vida y laicidad. Esas son las cuatro parcelas sobre las que va a fabricar sus políticas de futuro. Lo dicho: borrachera Zapatero.