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Amando de Miguel

La Brigada Cazaerrores

"No solo confiesa que le tienen sin cuidado las tildes, sino que habla, con su habitual desparpajo, de una supuesta norma general de que las palabras llanas no se acentúan. Bueno, de momento se me ocurren las palabras inútil e imbécil".

Jaime Rojo se queja de que en el BOE del 13 de junio de 2008, al referirse a un concurso para proveer de servicios digitales, se hable de "personas naturales". No me parece que sea una queja fundada. En ese tipo de prosa administrativa conviene la mayor precisión. No es que pueda haber "personas no naturales" o "artificiales", pero sí debe quedar claro que puede haber personas físicas (o naturales) y también jurídicas (o colectivas).

Carlos M. Padrón me corrige. El "efecto del año 2000" (los temores a la caída de los sistemas informáticos en la noche de San Silvestre de 1999) no se llama 2KY sino Y2K (year 2 kilos). Admitida la corrección. La cosa empezó por llamar Y1K a los supuestos terrores del año 1000. Son ganas de complicar la vida.

Manuel Gago García se lamenta de que los cronistas deportivos, al referirse al equipo de fútbol de Holanda, escriban "los oranje". Desde luego, sería mejor decir "los orange", pronunciando igual pero con <g>. La dinastía de los Orange ha estado muy unida a la Historia de Holanda y a la del Norte de Irlanda, como representación del calvinismo político. Su divisa es el color naranja. Se puede comprender la metonimia de "los orange" para designar a los holandeses. Recuérdese lo de "la cuenta naranja" como divisa de un famoso banco holandés. Desde luego, lo de "los oranje" está poco justificado. Solo se dice oranje en el dialecto afrikano (de África del Sur) para el nombre de un río y un territorio.

Melitón Cardona Torres me corrige la expresión que yo tomo de un libertario: relata réfero (= cuento lo que me contaron). Don Melitón me dice que "el latín carecía de acentos, como usted sabe". Ya lo creo que tenía acentos, pero no se escribían. Solo que, al transcribir el latín al castellano, se suelen poner tildes según el acuerdo de la mayor parte de los latinistas. Yo aquí solo soy un escribano.

Pedro Campos sigue siendo el dómine avinagrado: "Su ignorancia llega hasta la más elementales normas de ortografía. No solo confiesa que le tienen sin cuidado las tildes, sino que habla, con su habitual desparpajo, de una supuesta norma general de que las palabras llanas no se acentúan. Bueno, de momento se me ocurren las palabras inútil e imbécil; pero también cáncer, árbol, prócer, tándem, y muchas otras". ¡Jesús qué cruz! En primer lugar, nunca he dicho que las tildes me tienen sin cuidado. Antes bien, considero que las tildes en español son un elemento esencial de su estructura. Si he escrito que "las palabras llanas no se acentúan", hay que entender ese enunciado en el contexto de la discusión de si los pronombres demostrativos este o ese deben acentuarse. Lo mismo cumple para el adverbio solo. (Por cierto, don Pedro tampoco lo acentúa en su texto; es lógico. En el no solo confiesa no hay ambigüedadposible). Este, ese y solo son palabras llanas, terminadas en vocal, y, por tanto, la regla general es que no deben acentuarse a no ser que se trate de un caso de manifiesta ambigüedad, prácticamente un juego de palabras.

Es muy remota la posibilidad de que haya un malentendido con las palabras dichas si se prescinde de la tilde. Por tanto, me acojo al sentido común para no aceptar esa posible excepción. Incluyo aquel (aguda terminada en <l>; por tanto no requiere tilde). Esa decisión la han tomado otros escritores, algunos de ellos académicos. La lengua corriente está llena de ambigüedades. Resultaría escrupuloso en demasía tratar de resolverlas todas. Otra cosa es que, por razones de cortesía, cuando escribo en colaboración con otras personas o para un libro colectivo, si se sigue la norma tradicional de acentuar los pronombres demostrativos este, ese, aquel o el adverbio solo, yo cedo. Pero en fin, podemos discrepar en esto como en todo. Lo que no vale la pena es insultar. En todo caso se exige que el insulto tenga gracia. No insulta quien quiere, sino quien puede.

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